Caricaturas realizadas en vivo por Andrés Cascianien el Agasajo de Fin de Año a Agencias de Turismo en Bodega Catena Zapata (Agrelo, Mendoza,18/12/19).
* para contratar el servicio escribir aandrescasciani@gmail.com
PRONTUARIO DE GABINETE *Caricatura digital: Andrés Casciani (2019) / Texto: Eddy Whopper Sección "PARTÍCIPES NECESARIOS" HOY: Los TROLLS Al igual que la policía y las llamadas “fuerzas de seguridad”, los trolls fueron ejecutores –antes, durante y después de la presidencia de Mauricio Macri- de órdenes inmorales que coadyuvaron a la conformación de un Estado de Violencia necesario para imponer la dinámica neoliberal de exclusión. Si a los agentes armados se les ordenó vulnerar todo apego por la dignidad y quitar de cauce la vocación por la agresión que edifica el psiquismo de sus miembros -contenida y legitimada por la estructura institucional- a los trolls se les encomendó la tarea de mantener en plano de vigencia y resalte la coacción discursiva y la violación de todo criterio de paz. Conocedores de su público, los integrantes del equipo de difusión de los antiprincipios macristas –quizás con el dinero proveniente de los sectores del poder real, afectados por las políticas de redistribución implementadas desde el año 2003- organizaron y entrenaron grupos de “operadores informáticos” con especiales tendencias conductuales a la desintegración relacional, a fin de que instalaran en las redes sociales espacios de naturalización de contenidos que habían permanecido reprimidos durante décadas en un sector mayoritario de la población y que la impronta del “cambio” ubicaba en un plano de legitimación. Encaramados a este proyecto de puesta en valor de las miserias espirituales que conforman la esencia de millones, mantenidas en reserva a favor de ciertos estándares de convivencia ya estresados, los trolls se escudaron en una idea distorsionada de la libertad de expresión para reflotar aquellos residuos éticos con que la clase media mayoritaria venía intoxicándose por generaciones. Sabedora de que esta sequedad de honra cruzaba al total del público al que se dirigía, la voluntad presidencial –impregnada de las transgresiones ilegales propias del ser empresarial admirado por sus adherentes- aceptó y promovió la formulación de cientos de miles de manifestaciones racistas, xenófobas, de desprecio hacia los marginados, de muerte a los excluidos, de aplicación de pena capital a niños en estado de exposición al sistema penal, de multiplicación obscena de los favorecimientos injustos a los que más tienen, de demolición a través del insulto; pero también de apoyo, puesta en bien y aliento a cada una de las infracciones a la ley material cometidas por los funcionarios y autoridades del macrismo. El grupo de trabajadores en redes, rentado también con el aporte de fondos públicos, fue permanentemente sometido a un “coacheo” idóneo fundado en lineamientos de la llamada “neurociencia”, una especie de disciplina relevada por el mercadeo que genera enunciados tendientes a la determinación de conductas. Su trabajo, junto con el del resto de los operadores actuantes en los medios masivos de comunicación, aportó una enorme influencia en la generación de “posverdad”: expresiones, descripciones, noticias, justificaciones o explicaciones todas teñidas de falsedad, pero que finalmente resultan percibidas como ciertas por los destinatarios, dado el seguimiento de una coherencia interna del discurso que dota a las enormidades transmitidas de rasgos de verosimilitud. Los principios que sustentan la tarea de los trolls reconocen, además de las formulaciones médicas-psiquiátricas, una experiencia histórica exitosa: la acción propagandística hitleriana, liderada por el genio publicitario de Joseph Goebbels. En esta dirección, la red Twitter resultó la más idónea para concretar el propósito de difusión de odio y acentuación de la grieta bajo la forma de emisión de mensajes cortos, de fácil lectura y de gran poder de penetración. Las “campañas” desplegadas por quienes tuvieron a su cargo la toma de decisiones en la “máquina troll” aprovecharon el servicio permanente de exhibición de las expresiones o palabras más utilizadas en el entorno “tuitero” (llamadas "trending topics") para instalar supuestas ideas-fuerza de un aparente consenso intencionalmente creado y distorsionado. La complicidad de la empresa llegó, además, al extremo de silenciar las voces disidentes o cerrar sus cuentas, brindar datos acerca de quienes se manifestaron en contra de las acciones del macrismo –con el fin de que sean policial, institucional, laboral o físicamente perseguidos- y aun vender al ámbito del poder real servicios amigables con los objetivos de generación de un estado de sugestión emocional colectivo. Entre estos últimos, se encuentran la invisibilización de hashtags que expresaban algún contradiscurso, la provisión de íconos de impacto visual para facilitar la explosión masiva de “tweets” y la manipulación de frases frecuentes, al fin de forzar la llegada al "Top 10" de esa lista de locuciones o palabras que convenían al gobierno-cliente, sin contar con la cantidad suficiente de mensajes en los que se las incluyera. Así pasó con “#DevuelvanloRobado”, “#LaQueremosPresa”, "YoVotoMM" y muchísimos otros. La repetición de mentiras y la desviación emocional de los destinatarios no pudieron realizarse, sin embargo, sin que en el ejercicio de su labor los operadores informáticos cometieran delitos, cuya impunidad vino garantizada por los propios estamentos del poder formal. Algunos de los quiebres a la ley penal perpetrados por estos empleados públicos emergieron como calumnias (art. 109 del Cód. Pen.), injurias (art. 110), calumnias o injurias cometidas por medio de la prensa (art. 114), calumnias o injurias cometidas por funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones (art. 117 bis, inc. 4º), amenazas simples (art. 149 bis, primer párrafo), amenazas agravadas por anonimato (art. 149 bis, primer párrafo in fine), amenazas coactivas (art. 149 bis, último párrafo), amenazas coactivas agravadas por anonimato (art. 149 ter, inc. 1) o por el propósito de compeler a una persona a hacer abandono del país, de una provincia o de los lugares de su residencia habitual o de trabajo (art. 149 ter, inc. 2, subinc. b); violación de secretos o de la privacidad (art. 153) agravada por tratarse de “carta, escrito, despacho o comunicación electrónica” (art. 153, tercer párrafo) o por su comisión por funcionario público (art. 153, último párrafo); violación de correspondencia (art. 154), acceso indebido a bancos de datos personales (art. 157 bis, inc. 1) agravados por su comisión por empleado público (art. 157 bis, último párrafo), turbación amenazante de la libertad de reunión (art. 160); instigación a cometer delitos (art. 209), asociación ilícita (art. 210), asociación ilícita agravada por poner en peligro la vigencia de la Constitución Nacional (art. 210 bis) o recibir apoyo de funcionario público (art. 210 bis, inciso h); intimidación pública (art. 211), incitación a la violencia colectiva (art. 212), apología del crimen (art. 213), coerción ideológica (art. 213 bis), atentado contra el orden constitucional y la vida democrática a través de amenazas (art. 226 bis), participación en organización o realización de propaganda basada en ideas o teorías de superioridad de una raza o de un grupo de personas de determinada religión, origen étnico o color, que tienen por objeto la justificación o promoción de la discriminación racial o religiosa en cualquier forma (art. 3º de la Ley 23.592, primer párrafo), acciones de persecución u odio por causa de raza, religión, nacionalidad o ideas políticas (art. 3º de la Ley 23.592, último párrafo) y muchos otros, además de contravenciones como el hostigamiento o la discriminación simple. Estas figuras penales (sólo enumeradas a título enunciativo) han sido cubiertas por los trolls bajo toda forma de participación criminal, sea como autores, partícipes primarios, partícipes secundarios (arts. 45 y 46 del Cód. Pen.) o en su carácter de autores de instigación (como ya se advirtiera) o de tentativa (art. 42). Su acción contribuyó, además, a la fractura del principio de realidad en una apabullante cantidad de votantes del cambio, muy fuertemente condicionados en sus posibilidades de intelección por la intensidad de las invectivas de sugestión desplegadas por el marco operacional del macrismo. Esta escisión esquizoide se vio vigorosamente manifestada hacia el final de la campaña de reelección de 2019, momento en el cual, a nivel experimental y quizás como si se tratara de una subestimación lúdica degenerativa, el gobierno macrista probó la implementación de una audaz vuelta de tuerca del sistema de manipulación de criterios: inundó la red Twitter con mensajes absolutamente dislocados desde lo semántico, en la plena seguridad de que sus seguidores, de todos modos, los incorporarían desde lo emocional. Así, usuarios inexistentes creados por robots virtuales pagados a centrales quizás norteamericanas para emitir renglonadas breves, elaboraron en forma automática locuciones gramaticalmente insanas, pero de enorme influencia entre los afectados a quienes iban dirigidas, tales como “¡Siéntete libre de Mauricio, no te relajes!”, “Caricias significativas provenientes de Hurlingham!” o alguna pretensión de dato duro psiquiátricamente condicionado, como el texto de la falsa “tuitera” Lavonne Smithorsmith, quien puso en conocimiento de una audiencia desquiciada que “Macri tomó posesión de una nueva victoria política por el momento. A medida que el acuerdo entra en una fase burocrática en el comercio UE”. Los trolls configuran, además, otra de las instancias que pusieron a prueba la capacidad de hipocresía del macrista doloso, en especial el perteneciente a la clase media que había logrado “informatizarse” durante los años de administración de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Y ello así, porque las evidencias de comportamiento parecieran indicar que esa clase media “del cambio” –a salvo, quizás, de la más racionalmente deteriorada- sabía perfectamente que cada intervención de los trolls importaba una mentira, un delito, un apoyo a la delincuencia oficial o un intento consagrado de instalación emocional. La “pata troll”, sufrida o consensuada, fue una de las principales armas de control social, generación de terror y ejecución efectiva de penetración frenopática durante el gobierno de Mauricio Macri. Si preguntáramos a cualquier macrista usuario de redes sociales qué cosa es un troll, quizás su ignorancia le imponga reconocer que no tiene la menor idea. No obstante, también es posible que realmente sepa –y en virtud de la miseria de su condición se rehúse a confesarlo- que se trata de delincuentes pagados por el Estado amarillo, reunidos en oficinas públicas al mando nada menos que de Marcos Peña, el otrora Jefe de Gabinete del ex presidente de Boca, y cuya función es la de imponer la mentira, el miedo, la violencia y la desintegración del tejido social a través de una acción incesante de exposición penalmente relevante. En cualquier caso, pareciera que la impronta contaminante de los trolls se ha instalado de una vez y para siempre y forma parte ya de las deficiencias constitutivas que nos instauran como Nación. Encontrándose el poder real del lado tóxico del debate social, es dable esperar que estos intoxicadores no sean removidos. Al contrario: muy probablemente, si nadie los identifica, juzga y condena, este ejército de psicópatas contratados por perversos continúe manipulando el criterio exterminado de quienes han elegido voluntariamente patologizarse; y alguna decisiva influencia ejercerán, también, en la horadación racional de miles de internautas desprevenidos o que no saben que son venales. Ahora bien: aunque pese a cualquier persona realmente honesta, es cierto que los trolls han efectuado un aporte de fundamental valor para las generaciones venideras. La concienzuda labor de estos vejadores dejó para siempre un legado de indudable apreciación que permitirá el estudio veraz, científico y definitivo del Período de los Globos. Es que en el Boletín Oficial y en los trolls el macrismo ha mostrado su verdad más desnuda, hablando allí sin la menor vocación de maquillaje. Abrevando de esas decadencias documentadas, la Historia tendrá de dónde obtener los datos que permitan reconstruir y narrar, libre de toda influencia mórbida, las influencias, disparates, violencias, mentiras y sugestiones que provocaron esta urgente necesidad de reeducación generacional. *Galería completa: https://prontuariodegabinete.blogspot.com/
"Nuestras obras están a salvo, algunas durante décadas, o tal vez uno o dos milenios. Los tesoros y los fraudes..Nuestras canciones... todas nuestras canciones serán silenciadas. Pero ¿qué importa? Sigue cantando". (Orson Welles) * Caricatura por Andrés Casciani - Tiza pastel acrílico y lápices sobre papel - 21 x 29 cms (2019) andrescasciani.com
PRONTUARIO DE GABINETE *Caricatura digital: Andrés Casciani (2019) / Texto: Eddy Whopper Sección "PARTÍCIPES NECESARIOS" HOY: Baby ETCHECOPAR Nombre completo: Ángel Pedro Etchecopar Alias: Baby Fecha de nacimiento: 16 de febrero de 1953 No importa de dónde vino. Abyecto en todas las formas que no generen deber de pagar con prisión, Etchecopar compendia la resaca espiritual de todos y cada uno de sus seguidores, aun de aquellos que sólo aprecian su perfil de bufón o la mera ostentación de su silueta de gondolero venal entre las múltiples variantes de la miseria. Al plan fronterizo con la criminalidad de su discurso de execración, Baby aporta un talento singular de empatía con lo negro, lo infame, la ruindad de las aspiraciones totalitarias y de exterminio que todo mediocre significativo comulga. Juega, como los infelices de descarte, con la adopción pretendidamente sabia de una neutralidad que por motivos de calle vincula con la razón, y que le habilita el ejercicio de una crítica tan sólo ilustrada con los desperdicios del día a día. Por eso, sus adictos más frecuentes son también los más iletrados. Baby Etchecopar despliega una profesión de desprecio discriminatorio por causa de todas las categorías aludidas en cualquier tratado de derechos humanos elementales: nacionalidad, raza, color, sexo, orientación sexual, profesión, nivel educativo, patrimonio, religión, idea o militancia política. En el desempeño de su misión lamentable de agitación emocional relajante, cree encontrarse amparado por el principio de libre de expresión, única garantía constitucional que en su ideario desmadrado entiende vigente, aunque sólo respecto de él y de sus adláteres y cómplices. La parte más cultural y éticamente deteriorada de la población lo admira porque, alguna vez, se ha tiroteado con tres delincuentes dentro de su propia casa. Para mayores glorias carcelarias, en ese episodio mató a uno de sus atacantes e hirió gravemente a otro. Desde entonces, el lumpen intelectual le ha asignado la cucarda simbólica y patronal de su ideal repulsivo de sociedad policíaca, fuertemente asociada a la idea de violencia institucional y de aplicación irrestricta de la pena capital, incluso a niños expuestos al sistema penal y por delitos de cualquier índole. Si bien en dos o tres episodios de sus deyecciones televisivas y radiales Etchecopar ha jugado a denostar algún aspecto del gobierno de Mauricio Macri –apelando con histrionismo rentado a aquella medianía imparcial de corte vulgar- en general ha sido contratado para acentuar la grieta a través de la comisión de diversos delitos por medio de la prensa, a cuya perpetración no presta el menor reparo represivo ni la más mínima formulación moral. En este sentido, les ha llenado la cabeza a aquellos que previamente se la vaciaron de libre voluntad, con estándares penitenciarios cada vez más descendentes, postulando modelos que –la historia lo enseña- sólo conducen a la devastación material y subjetiva de cualquier estructura de relaciones. Como un vendedor de porquerías entronizado en las falsedades de un prestigio autopercibido, lucra con las derivaciones y las posibilidades de una podredumbre ancestral que vive entre nosotros, enquistada en el decálogo de distorsión migratoria y comulgada por un residuo de desventura cultural que le aplaude y valida sus delirios injuriantes. En otros contextos, estos desquicios guionados eran seguidos por siete locos que se creyeron iniciados; algún tiempo después, se sumaron otros que gozaban burlándose de sus imprecaciones de insania comunicacional. Más adelante, la clase media dolosamente degradada, enfermado su criterio por los manejos efectivos del packaging mediático y emotivo, comenzó a incorporarlo como a aquellos insalubres pintorescos que tienen algo de razón. Con el correr del tiempo, se hizo de toda evidencia que el aparato difusor de Mauricio Macri debía considerarlo como elemento útil a sus pretensiones de envenenamiento: Baby, cada vez más, fue dejando fuera toda posibilidad de censura y actuó onerosamente con la simpleza ponzoñosa de los animales más rudimentarios, y también con su mismo umbral desatado de agresión. Escudado por la venia espuria de las estructuras corporativas, se enoja cuando alguna crítica vincula su elaboración discursiva con el neonazismo, único molde en el que parecieran encuadrarse sus invectivas desvergonzadas, puestas en acto contra todo aquello que importe un disenso con el ideal impracticable de base racial que sus influenciados festejan. Diez renglones textuales de los diarios dislates de exclusión por los que cobra bastarían para sospechar la saña con que su enfermedad se manifiesta, las derivaciones dañosas de su accionar irresponsable. Sin embargo, cualquier directiva decente impide constituirse en vía de reproducción y difusión de ninguno de sus excrementos, verdaderos cantos de sirena hábiles para desviar cualquier paso poco convencido por la senda del bien. Con que Macri los haya pagado, tenemos el tenor de su contenido. Baste saber que, recostado en el halago interesado y en la ignominia ignorante de sus seguidores, quizás Baby Etchecopar haya tenido pereza de conocer la suerte de Julius Streicher, director del periódico de odio El Asaltante durante el período hitleriano y condenado en Nüremberg a la horca. A Streicher, juzgado por la Dignidad, tampoco le bastaron sus protestas de libre expresión: el Tribunal justipreció que la diseminación distorsiva de sus tentaciones de exterminio llevaban dentro de sí la misma reprochabilidad que la que cabía a los ejecutores mismos. Probablemente Baby, El Ángel de la Basura, reciba de la posteridad el desprecio que corresponde a su decisión voluntaria y plenamente consciente de difundir, sea por el precio que le abonara la degeneración institucional, sea por el impulso hospitalario de sus convicciones envilecidas, el ideal de supremacía prohibido por la virtud más rudimentaria. *Galería completa: https://prontuariodegabinete.blogspot.com/
PRONTUARIO DE GABINETE *Caricatura digital: Andrés Casciani (2019) / Texto: Eddy Whopper HOY: El Rabino BERGMAN Nombre completo: Sergio Alejandro BERGMAN Fecha de nacimiento: 23 de enero de 1962 El Rabino Sergio Bergman, farmacéutico e intelectual del judaísmo, comenzó a ser favorablemente apreciado por la clase media aspiracional durante los picos de vociferación punitivista posteriores a su recuperación económica, acaecida a partir del gobierno de Néstor Carlos Kirchner. En aquellas oportunidades, se plegó al pedido de “mayor seguridad” de los barrios altos del conurbano bonaerense, junto al falso ingeniero Juan Carlos Blumberg, quien por entonces, luego del secuestro y muerte de su hijo, había conseguido una reforma inconstitucional del Código Penal. A tal punto se exhibió Bergman con el usurpador de títulos en la cruzada de aliento al asesinato privado de delincuentes, que no faltaron quienes lo calificaron como “el rabino de Blumberg”. Este ritmo de exposición -en sintonía con los antivalores comulgados por amplios sectores- se constituyó en faro de atención para la búsqueda de cuadros por parte del macrismo. Fuertemente decidido a recuperarse del traspié electoral de 2003, Mauricio Macri envió emisarios a negociar alguna postulación para incorporar el capital humano que había recogido el religioso con su discurso de castigo. Sin embargo, el rabino decidió testear su real impronta de influencia formando una agrupación llamada “Partido Blanco de la Ciudad”, un espacio decididamente antikirchnerista organizado para captar votos que, en un escenario de balotaje, se inclinaran a favor de lo que ya por entonces se propiciaba como un “cambio”. Bergman, no obstante, terminó aceptando la propuesta de Macri de liderar la lista para legisladores porteños durante ese mismo 2011. Junto con la reelección de Mauricio en la Jefatura de Gobierno de la ciudad, el religioso fue escogido como primer sacerdote que integraría el cuerpo legislativo de la jurisdicción. Allí formó parte de la Comisión de Ecología, desde donde propició proyectos de “movilidad sustentable” y tratamiento oneroso de escombros y residuos. Dos años más tarde, su pertenencia ya inseparable al partido amarillo y la continuidad de las propuestas mediáticas a favor de un Estado de Seguridad reforzaron la idea del macrismo de incorporarlo definitivamente a sus filas –en carácter de adalid de la represión- y fue, entonces, listado en primer lugar para diputado nacional por el PRO. El rabino asumió su nuevo cargo en diciembre de 2013. Desde entonces, como parte del plan de futuro gobierno de Mauricio Macri, se encargó de hacer elaborar y presentar diversos proyectos relacionados con la naturaleza, tales como el aumento de “multas ambientales”, la promoción del uso de la bicicleta, la protección de diversas áreas marinas, un proyecto de “tenencia responsable de animales” (que incluía la creación de un registro y la posibilidad del secuestro municipal de mascotas sin dueño) y, muy especialmente –como conducta orgánica- el rechazo al Memorándum de Entendimiento con Irán fomentado por Cristina Fernández para el esclarecimiento de los atentados contra la Embajada de Israel en Buenos Aires y la sede de la AMIA. Durante este trayecto, Bergman procuró no “entregar” el cúmulo de seguidores a favor de la construcción política de Cambiemos, cuidando su impronta de personalidad “invitada” con predicamento propio, aunque coincidente con los lineamientos macristas. Esta característica le procuró las facilidades de concreción de una misión pour la galerie consistente en beneficiar (incluso, desde la ocultación) las aspiraciones y la codicia de los sectores de producción primaria, que veían en la preservación de espacios naturales un obstáculo para el desarrollo de su plan económico y su tradición de asentamiento. En efecto: con el advenimiento de Macri a la presidencia de la Nación, el rabino fue ungido Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, con el encargo exhibido de, precisamente, cumplir uno de los objetivos mercadotécnicos voceados durante la campaña de sugestión colectiva: “cuidar” la naturaleza y “el medio ambiente”. Sin embargo, durante sus cuatro años de ejercicio, Bergman ostentó una inhabilidad ostensible para desempeñar su cargo. Prueba de ello es su impericia notoria en la evitación o sofocamiento de los enormes incendios que se produjeron, desde el inicio mismo de su ministerio, en diversos puntos del país. Las Sierras Cordobesas, extensos sectores de Catamarca, el Parque Nacional Los Alerces, las proximidades del Lago Puelo y otros focos fueron devastados por el fuego y, a la vez, ganados para el campo. Pero fue en La Pampa, un ámbito de tradición peronista, donde más se pudo apreciar la dejadez de Bergman evidenciada al afrontar su responsabilidad liminar de preservación. Entre 2017 y enero de 2018, la provincia perdió por incendios naturales más de 1.100.000 hectáreas, cifra que representa, aproximadamente, el 10 % de su territorio. El fuego alcanzó a cruzar las fronteras con Río Negro y Buenos Aires y afectó, allí, otras 300.000 hectáreas. Bergman sólo viajó a la provincia al regresar de sus vacaciones, un mes después de iniciado el siniestro, con el único fin de “dar aliento a los brigadistas”. Consultado por el periodismo, el rabino ofreció un perfil de resignación, difundiendo la idea de “aceptar el cambio climático”, en fuerte alineamiento con la política anti-ambientalista norteamericana. Esgrimiendo las armas emocionales que le habilitaba el uso neurocientífico del discurso propiciado por Cambiemos, afirmó que los incendios se habían producido en cumplimiento de “una especie de profecía apocalíptica”, como hilo de coherencia de un discurso que, meses antes, había convocado a que “para el verano, lo más útil que podemos hacer es rezar”. El “apoyo” a las autoridades y equipos de trabajo en el sofocamiento de la tragedia natural más destructiva de la historia de La Pampa fue tan sólo verbal. Siguiendo las directivas del propio Mauricio Macri –quien frente a las inundaciones acaecidas durante su jefatura de gobierno aseguró que no habría solución inmediata para el problema- el sacerdote manifestó que “estamos en un camino donde no veo en el corto plazo que tengamos la envergadura de lo que necesitamos en el próximo verano”. A su regreso a Buenos Aires, prometió “un plan de infraestructura muy importante que va a ser inédito en el país”, y que jamás se llevó a cabo. Finalmente, tampoco gestionó el envío de ayuda a la provincia para paliar el desastre ni recuperarse de sus consecuencias. Con posterioridad, y hasta enero de 2019, el territorio sufrió la quema de otras 55.000 hectáreas. Bergman también desactivó su ministerio durante las inundaciones que afectaron diversas partes del país los cuatro años de gobierno macrista. Los fenómenos más notables ocurrieron en la Ciudad de Buenos Aires; en Concordia, Entre Ríos (adonde se dirigió la vicepresidenta Michetti durante diciembre de 2015, por haberse tomado Macri sus primeras vacaciones), en el Chaco, en la provincia de Buenos Aires, en las márgenes de los ríos Iguazú y Paraná y, en general, en todas las zonas de cultivo intensivo e indiscriminado de soja, que genera alteraciones en las condiciones de permeabilidad de los suelos. El tratamiento televisivo de esas catástrofes desplazó al religioso e interpeló en escenarios pautados al presidente, quien revistió de componentes emocionales la descripción de lo que en verdad emergía como un cúmulo de complicidades con el establishment patricio agropecuario en conexión con el mil-millonario negocio de la producción agroquímica. Así, el primer mandatario explicó que “en este caso [se refería a la provincia de Entre Ríos, a inicios de 2016] hay lugares donde falta el agua y lugares donde sobra el agua”. Al desarrollarse una de las “Marchas del Millón” de su campaña de reelección en 2019, Macri elogió a quienes allí se congregaban a la voz de “encima llueve, esta lluvia es bendición, que nos moje bien. Es Dios que nos está acompañando", al mismo tiempo que esa misma precipitación anegaba enormes sectores del sur y del norte de la Capital Federal. Hacia el final de su mandato, en el Chaco, el presidente hubo de reconocer: “Tendremos que acostumbrarnos a que esto [inundarse] va a pasar en distintas zonas, en distintos lugares del país". Los medios de comunicación, mientras tanto, nada preguntaban a Bergman. La propia Auditoría General de la Nación ha reconocido que, durante su gestión, en Argentina se ha puesto en riesgo la eco-diversidad, por la reducción del hábitat de las especies naturales. Los factores responsables de este fenómeno son, según la entidad, “la expansión de la frontera agropecuaria, la deforestación, las malas prácticas de manejo ganadero, la introducción de especies exóticas invasoras, el tráfico ilegal y el cambio climático”. Como se viene diciendo, la propuesta ministerial de Bergman ha consistido, respecto de todos estos ocasionantes, en la relajación de índole celestial. Sea por su ineptitud (entre otras omisiones dolosas, tampoco promovió una política de eliminación de agrotóxicos o de reemplazo o prohibición de cultivos transgénicos), sea al fin de cumplir una directiva de concentración de fuerza para fines represivos, el poder real tomó la decisión de quitar al rabino el control del Plan Nacional de Manejo del Fuego, que pasó a la cartera de Seguridad liderada por Patricia Bullrich. A ello se sumó la reducción jerárquica de su espacio de actuación, que por sugerencia del Fondo Monetario Internacional se degradó a una Secretaría dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros. A pesar de la gravedad de estas notas que palmariamente muestran la ausencia de límites del neoliberalismo para hacer cumplir su plan, la gestión del rabino Bergman ha quedado marcada por dos hechos de impacto sensible que lo ubican en un plano de intensa entidad prescindible, como así también de responsabilidad actoral en la construcción de imágenes aptas para la penetración psicológica. La primera está relacionada con el sentir de los sectores aspiracionales egoístas durante el período de afirmación electoral del macrismo: en septiembre de 2017, el ministro fue filmado “pasando” dos televisores de gran tamaño por la Aduana, proveniente de Santiago de Chile, por entonces paraíso de compras de la cada vez menos pudiente clase media argentina. Luego de la andanada de críticas vertida por canales no hegemónicos, uno de sus allegados informó que los aparatos se donarían a una institución judía, “para proyectos educativos y teleconferencias en la formación de líderes”. La declaración produjo la calma y la aceptación de la base adicta de votantes, que rápidamente olvidó el asunto y dio su apoyo electoral a Cambiemos un mes más tarde. El segundo episodio de afianzamiento emocional dio la vuelta al mundo. Se trata de una intención de simbolizar la mimetización del Hombre, en sentido responsable, con el medio ambiente. Para la consecución de ese fin, el rabino se presentó durante una de las funciones del Séptimo Festival Internacional de Cine Ambiental, celebrado en Buenos Aires, ataviado con un cobertor plagado de hojas de enredadera. Incluso ingresó al follaje de una enredadera real ubicada en el predio, bajo un cartel del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que rezaba: “Lo mejor que le puede pasar al ambiente, es que pasemos inadvertidos”. La frase se constituyó, con el tiempo, en un símbolo de su gestión y en una metáfora de la incidencia de la “cortina mediática” en la invisibilización de los desvaríos, corrupciones, enriquecimientos, quebrantamientos republicanos y perpetraciones delictivas del gobierno de Mauricio Macri. No obstante estas nulidades y desempeños titiritescos a favor de la consagración de las ilegalidades del entorno Cambiemos, en algunas indicaciones biográficas se señala a Sergio Bergman como “heredero” de la doctrina de Marshall Meyer, fundador del Movimiento Judío por los Derechos Humanos y miembro de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. Así lo informó el diario La Nación a mediados de 2007, época en que Bergman se instalaba en el imaginario justiciero de los ámbitos urbanos más o menos escolarizados del país. La mención motivó el envío de un Correo de Lectores a la sazón proveniente de la viuda de Meyer, quien desde su residencia en Estados Unidos se quejó del elogio intencional expuesto en el periódico de los Mitre. Dijo en aquella oportunidad: “Su diario ha presentado al rabino Sergio Bergman como discípulo de mi difunto esposo, el rabino Marshall Meyer: nada más alejado de la verdad. Le puedo asegurar que los actos y posiciones políticas del rabino Bergman están en las antípodas del pensamiento de Marshall Meyer. A mi esposo le daría vergüenza saber que un rabino como Bergman propuso cambiar la palabra ‘libertad’ por ‘seguridad’ en el himno argentino. Tampoco hubiese aceptado compartir un estrado con Juan Carlos Blumberg mientras anuncia su intención de coartar las libertades individuales. Quienes conocimos a Marshall sabemos que, como parte de su fe religiosa, estuvo en la Plaza de Mayo junto con las Madres durante la dictadura y visitó cárceles donde recluyeron a Jacobo Timerman y a tantos prisioneros políticos. Le ruego que deje de utilizar la figura de mi esposo sin conocer ni su obra ni sus verdaderos discípulos. Naomi Meyer. 209 West 86 St./ New York, EE. UU.” Hasta su definitiva incursión en el ámbito político, Sergio Bergman había recibido varios premios de importancia. Entre ellos, el Laurel de Plata entregado por el Rotary Club de Buenos Aires y el Konex de Platino al Dirigente Comunitario, compartido con el monseñor Jorge Casaretto, alguna vez sindicado como “presente” en sesiones de tortura durante la última dictadura cívico-militar. *Galería completa: https://prontuariodegabinete.blogspot.com/
“El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir”. Un día como hoy, del año 1835, nacía el escritor Samuel Clemens, conocido como Mark Twain. * Caricatura por Andrés Casciani - Tiza pastel, lápices y acrílico sobre papel, 21 x 29 cms (2019) * Cita seleccionada por HistoriaHoyWeb andrescasciani.com
"Mirta Castagnolo" retrato realizado en vivo por Andrés Casciani. - Lápices y tiza pastel sobre papel - 29 x 42 cms * Realizado en Cierre de Ciclo 2019 Atelier de Andrés Casciani en Aulas para el Tiempo Libre (Mendoza - 26/11/19). andrescasciani.com
PRONTUARIO DE GABINETE *Caricatura digital: Andrés Casciani (2019) / Texto: Eddy Whopper HOY: Claudio BONADÍO Nombre completo: Claudio BONADÍO Fecha de nacimiento: 1º de febrero de 1956 Claudio Bonadío es el juez macrista que mayor incidencia mediática detentó durante el período de Cambiemos en el poder nacional. Su compromiso con las instrucciones recibidas del poder real se evidenció en la concreción de todo tipo de faltas –desde infracciones reglamentarias hasta delitos complejos- a efectos de impulsar material y efectivamente la persecución dispuesta por Mauricio Macri a funcionarios y figuras relevantes del gobierno que lo precedió, sin prevenciones de observancia de principios centenarios que rigen tanto el procedimiento penal como el Derecho Penal sustantivo. A tal punto esto es cierto, que el juzgado que dirige (llamado “Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11”) es conocido en el ámbito forense como “La Embajada”; no sólo porque las causas que lleva se vinculan en forma directa con las gestiones norteamericanas de intromisión soberana en contra de los intereses de la República; sino, además, porque se le atribuye el regirse por leyes y procedimientos propios, independientes de lo que establece la normativa vigente. Son tantos los desvíos jurídicos, políticos y morales que afectan la conducta de Claudio Bonadío, que la completa descripción de sus venalidades y su explicación para un público neófito en cuestiones de Derecho demandaría la redacción e impresión de un número indeterminado de volúmenes. Sin embargo, durante el período de sugestión colectiva generado por aplicación de principios de mercadotecnia a fin de captar voluntades viciadas, la clase media aspiracional y el sector de imaginería perversa de las clases altas aceptaron sin contrapropuesta –aun, en ocasiones, expresando apoyo efectivo en la puerta misma del edificio de Comodoro Py- las ilegalidades y los fraudes procesales perpetrados por Bonadío y sus cómplices. Todos ellos tendían a la conformación del velo de regularidad con que la “opinión pública” necesitaba teñir el encarcelamiento de cualquier kirchnerista, como refuerzo de la idea de “respeto por las instituciones” verbalmente sostenida por Cambiemos. Bonadío no sólo fue un elemento de articulación arbitraria de estructuras disfrazadas de legitimidad para la cristalización de fines espurios. También se constituyó en figura de impacto emocional entre los partidarios del “cambio”, quienes vieron en él un hacedor de prisiones que satisfaría sus ansias ancestrales y simbólicas de exterminio, que ahora emergían en un clímax de concreción. Las vulneraciones procedimentales que lo tuvieron por ideólogo e implementador requirieron el concurso criminal de otros agentes: jueces igualmente corruptos, empleados infieles del mismo juzgado (que no se opusieron a sus órdenes contra legem) y operadores judiciales y extrajudiciales pagados por el poder o perpetradores a consciencia. Quizás el más representativo de ellos, como se verá, fuera el fiscal venal Carlos Stornelli, ex jefe de Seguridad en el Club Atlético Boca Juniors durante las presidencias de Mauricio Macri en la institución y organizador de escuchas ilegales y falsas imputaciones a miembros de las ramas políticas opositoras al macrismo en el club de la Rivera. En definitiva, tal se advirtiera, no deviene posible compendiar con detalle la totalidad de sus quebrantamientos a la ley y a la moral. Sin embargo, un repaso rápido por sólo algunas de las acciones que tuvieron a Bonadío por protagonista resulta útil al efecto de trazar un mapa ético de su personalidad y de la orientación de sus conductas: . Parecería ser que Claudio Bonadío fue uno de los miembros de la organización “Guardia de Hierro”, una entidad que constituyó un reservorio del purismo peronista en conexión con un sector de la Iglesia Católica (en la que estaba incluido Jorge Bergoglio, luego Papa Francisco), que veía a la doctrina justicialista como una forma de cristianismo. La organización se disolvió luego de la muerte de Juan Domingo Perón; sus miembros, mayormente, distorsionaron en lo que luego se llamó “el PJ” o “la derecha peronista”. . Fue un estudiante tardío de la carrera de Derecho, que cursó en la gratuita Universidad de Buenos Aires. Se recibió a los 32 años, mientras militaba en el ala neoliberal del justicialismo, cuya ambición era recuperar el poder perdido por el golpe militar de 1976, y luego en las elecciones de 1983. Por aquellos tiempos, Bonadío se alineaba en el peronismo de la entonces Capital Federal de la Nación junto a Eduardo Vaca y Miguel Ángel Toma, rama afín a la organizada por el ex intendente y profusamente denunciado por corrupción Carlos Grosso. . Luego de derrocado el presidente Raúl Alfonsín a manos del golpe de mercado de 1989, Bonadío fue asesor del Ministro del Interior Carlos Corach y, más tarde, su Subsecretario de Asuntos Legales. . En 1994, a seis años de haberse recibido, fue nombrado juez federal. Tiempo después, el ex Ministro de Economía Domingo Cavallo fue investigado por Bonadío por enriquecimiento ilícito: Cavallo, entonces, denunció que había sido designado “a dedo”, sin haber efectuado un solo minuto de carrera judicial. Dijo por aquellos días el introductor más eficaz del neoliberalismo en Argentina que el nombre de Claudio Bonadío habría sido anotado en una servilleta, durante una charla informal de café presidida por Carlos Corach en la que se realizaba el recuento y postulación de jueces afines al gobierno de entonces. Cavallo, ya juzgado, dijo que Corach le habría pedido a cambio el “cajoneo” de varias de las causas que lo involucraban. . Como juez federal, fue acusado de sobreseer en forma apresurada o sin estudio suficiente de los elementos de cargo a una multitud de funcionarios del gobierno que lo designara. El caso más resonante fue el de Víctor Alderete por desmanejos en la intervención del PAMI, decisión que derivó en una denuncia efectuada por la Oficina Anticorrupción. . Otras de las particularidades arbitrarias que impuso Bonadío en “La Embajada” fueron las de impedir a los abogados defensores la compulsa del expediente o la extracción de copias; como así también “estirar” o reducir los plazos procesales para retrasar o apurar, según conviniera, el dictado de resoluciones consonantes con las exigencias del poder. . Aficionado al uso de las armas, en el año 2001 ganó su primer reconocimiento en el ideario violento de una mayoría ancestralmente cultora de antivalores, al dar muerte a dos delincuentes poco más que adolescentes que se acercaron a robarle. Desde entonces, especialmente las clases medias aspiracionales y las clases dominantes comenzaron a considerarlo como un juez razonable y probo. . No obstante, fue apartado de la investigación de la llamada “causa AMIA”, que buscaba esclarecer el atentado ocurrido mientras él era subordinado de Carlos Corach y amigo de Juan Carlos Galeano (juez que intencionalmente desviara el curso de la pesquisa). Se le reprochó no sólo no haberse excusado; sino, además, haberse abocado a resolver denuncias que lo involucraban personalmente, debiendo ser, en esas actuaciones, juez de sí mismo. . Fue denunciado en forma múltiple por disponer sin sustento fáctico-jurídico escuchas telefónicas y seguimientos a personas no implicadas directamente en las causas sometidas a su estudio, y también a funcionarios actuantes en los expedientes que lo tuvieron como magistrado. Este acto de vulneración de garantías esenciales del proceso penal y de las libertades individuales de los habitantes en general generó, entre otras reacciones, una denuncia del fiscal Alberto Nisman, quien lo sindicó de autor de amenazas contra su persona y la de sus hijas, y de perpetración de acciones ilegales de espionaje en su perjuicio. Tiempo después, Bonadío recibió la causa que relacionaba al fiscal Nisman, su madre, su hermana, su esposa, su empleado informático y un empresario con actos de lavado de dinero. El expediente, por las derivaciones de armado mediático favorable acaecidas luego del suicidio del fiscal, fue también “cajoneado”. Bonadío está a cargo, desde antes de la asunción de Mauricio Macri como presidente de la Nación, de una cantidad llamativa de causas contra ex funcionarios del gobierno anterior y, especialmente, seguidas contra Cristina Fernández de Kirchner. También se ha encargado de sobreseer a personalidades del macrismo denunciadas por delitos graves, como Luis María Blaquier y Emilio Basavilbaso, acusados del millonario vaciamiento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (que asegura la continuidad del pago de jubilaciones y pensiones aun durante ciclos de depresión económica). Durante el período de gobierno de Macri, el juez Claudio Bonadío trabajó, entre otros, dos principales trámites en los que pidió el desafuero de la ex presidenta y actual senadora con el fin de encarcelarla; a cuyo efecto, previamente, dictó su prisión preventiva. La primera es la llamada “causa Hotesur”, de fuerte impacto entre las clases medias aspiracionales, afectadas por el manejo doloso de los medios de comunicación. Allí se indaga sobre el presunto fin de lavado de dinero perseguido por la familia Kirchner al alquilar con sobreprecios su complejo hotelero de El Calafate, provincia de Santa Cruz. El expediente se inició luego de ser preparado televisivamente a través de uno de los episodios de “Periodismo para Todos”, el programa dominical de decisiva penetración en aquellas clases “antikirchneristas” que pretendían el derrocamiento, la prisión y la pena de muerte en cabeza de la entonces presidenta Cristina Fernández. Las irregularidades cometidas por Bonadío en esa causa fueron tantas y de tal magnitud, que terminó siendo relevado de su conocimiento y acusado ante el Consejo de la Magistratura por arbitrariedad y parcialidad. Una de las acciones más groseras que llevó a cabo en este expediente fue el de ordenar la realización de un allanamiento por parte de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires –creada y organizada por Mauricio Macri- precisamente en el inmueble hotelero ubicado en la provincia de Santa Cruz, acción que la ley expresamente prohíbe y que en su carácter de juez no podía desconocer. La segunda acción de importancia que dirigió contra la ex primera mandataria fue la llamada “Causa de los Cuadernos”. De gran impacto en el entendimiento exento de virtud racional de los adherentes al macrismo, el juicio se fundaba en cuestiones de hecho arquetípicas que adolecían de un fuerte componente ficcional y aun infantil, pero que adentró hondamente en las consideraciones de una población mayoritaria sumergida con decisión en las falsedades y contenidos emocionales televisivos, radiales, propagandísticos y expuestos por la prensa escrita. La “Causa de los Cuadernos” se sostiene, precisamente, en la declaración como “arrepentido” de un ex chofer estatal llamado Oscar Centeno. El trabajador, en apariencia impulsado por un sentir de honestidad irrefrenable, habría tomado notas en diversos cuadernos, durante años, de los lugares adonde le era ordenado trasladar a empleados o funcionarios que se dirigirían a recibir dádivas, para ser seleccionados en licitaciones de obras públicas. Sin embargo, los cuadernos no figuran en ese expediente más que como fotocopias certificadas, cuyos originales habrían sido quemados en una parrilla por el chofer Centeno, “por miedo a las represalias de Cristina”, y depositadas en la escribanía certificante. A partir de esos elementos a todas luces cuestionables desde el punto de vista del normal desarrollo del procedimiento penal (toda vez que resulta imposible peritar cualquier fotocopia y, en consecuencia, redargüirla de falsedad), luego de la declaración del “arrepentido” Bonadío ordenó allanamientos y detenciones nocturnas que calaron de forma efectivísima sobre el sentir honestista prevaleciente. Muchos de los arrestados eran empresarios y contratistas de obra: algunos fueron liberados luego de declaraciones desplegadas sin los elementos previstos en el procedimiento (por ejemplo, prescindiendo de la asistencia de letrados o defensores públicos oficiales); otros, eran privados inmediatamente de su libertad. Este procedimiento se llevó a cabo desde agosto de 2018 hasta enero de 2019, momento en el cual uno de los citados a indagatoria documentó los acercamientos que con él tuvieron el fiscal de la causa, Carlos Stornelli, y uno de los operadores del macrismo, un falso abogado llamado Marcelo D’Alessio, sobrino de Carlos D’Alessio, Escribano General de la Nación y aparente proveedor de quien finalmente certificó las fotocopias incriminatorias. Actas notariales, audios, videos y otras constancias fueron enviadas por el empresario al diario digital El Cohete a la Luna del periodista Horacio Verbitsky, quien, imbuido de su contenido, dio a conocer una de las más fenomenales articulaciones ilícitas del devenir político-judicial argentino, en perjuicio no sólo de funcionarios del gobierno anterior; sino, finalmente, de la administración de justicia en su totalidad. Es que, de acuerdo con esas constancias brindadas por el empresario Pedro Etchebest (quien, para evitar ser injustamente encarcelado, se exilió en EE. UU.), se habría fraguado una asociación ilícita entre Claudio Bonadío, el fiscal y antiguo empleado de Macri Carlos Stornelli y el abogado apócrifo Marcelo D’Alessio, con el fin de extorsionar a los imputados en la “Causa de los Cuadernos”, obligándolos a declarar contra Cristina Fernández de Kirchner a cambio de fuertes sumas de dinero y bajo amenaza de enviarlos sin más trámite a prisión, en caso de resistencia. El juez actuante en la causa que se abrió en virtud de estas noticias de extorsión es Alejo Ramos Padilla y tiene su asiento en la ciudad de Dolores, provincia de Buenos Aires. Frente a las pruebas traídas por Etchebest, Ramos Padilla ordenó regularmente allanamientos en la casa de Marcelo D’Alessio, como resultado de los cuales se colectó una enorme cantidad de material que daba cuenta de realización de escuchas ilegales, audios que comprometían a diputados macristas, al propio fiscal Stornelli, a Mauricio Macri, a su operador judicial Daniel Angelici y a un gran número de personajes del entorno presidencial. Llamado a indagatoria desde el 7 de marzo de 2019, a fines de noviembre de ese mismo año el fiscal renuente todavía permanece rebelde. A pesar de que la estructura judicial macrista intentó quitar la causa contra Stornelli y Bonadío de su conocimiento, Ramos Padilla defendió su competencia. Esa actitud le costó la exclusión de un concurso para juez electoral en la provincia de Buenos Aires: fue quitado de la terna por el propio Mauricio Macri, sin fundamento alguno, a pesar de haber quedado primero en el Orden de Mérito respectivo. Quizás la debilidad de actuación más relevante que afectó a Claudio Bonadío en el desempeño de su rol como ejecutor de la voluntad macrista no haya provenido de su ausencia de límites ni de su falta de determinación. Hasta los sectores más afines y aun obsecuentes y pendientes de cada manifestación de Mauricio Macri saben que el ungido presidente jamás pudo resolver, en su fueron íntimo, la cuestión del encarcelamiento de Cristina Fernández. Incapaz de pensar en sentido político y enfrentado a una estadista de fuste, Macri sufrió el mal que aquejó a muchas figuras de la historia respecto de sus enemigos: no saber qué hacer. En este punto, la psicopatía profunda del Niño Emperador no pudo constituirse en herramienta hábil al efecto de “hacer desaparecer” del contexto físico y del imaginario social a una de las piezas más descollantes del devenir político mundial. Como ya había dicho Lula da Silva, prisionero de los sediciosos: “Si me encarcelan, seré víctima; si me matan, seré mártir; si me liberan, seré presidente”. Cristina Fernández de Kirchner, con sus intervenciones, sus silencios y aun desde el peso saneador e inapartable de su imagen, desactivó a su respecto el aparato macrista de ilegalidades judiciales –liderado por el juez infiel Claudio Bonadío- y mantuvo su libertad durante el período de indignidad institucional iniciado en diciembre de 2015. Fue elegida vicepresidenta de la Nación, en primera vuelta, el 27 de octubre de 2019. *Galería completa:https://prontuariodegabinete.blogspot.com/
"El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las almas. Ha levantado barreras de odio. Nos ha empujado hacia la miseria y las matanzas. Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado nosotros. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que máquinas, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades, la vida será violenta. Se perderá todo". (Charles Chaplin - "El Gran Dictador", 1940) * Ilustraciones: Andrés Casciani (2019) - Collage, tinta y acrílico sobre papel - 21 x 29 cms c/u. andrescasciani.com
"Es difícil hacer que un hombre entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda". (Upton Sinclair) *Caricatura por Andrés Casciani (2019) Collage, acrílico y tinta china sobre papel / 21 x 29 cms. andrescasciani.com
HOY: Mirtha LEGRAND Nombre completo: Rosa María Juana Martínez Suárez Alias: “La Chiqui”; “La Diva de los Almuerzos” Fecha aparente de nacimiento: 23 de febrero de 1927 1.- UN EPISODIO: El jueves 21 de septiembre de 1978, Almorzando celebraba la primavera con flores en el cabello de su conductora y una mesa de estrellas rutilantes: la por entonces menor de edad y modelo publicitaria Ginette Reynal, pariente de los aristócratas Blaquier aliados de la dictadura; el cantante salteño radicado en Puerto Rico Laureano Brizuela (luego, preso por evasión fiscal en México); el malogrado actor y galán vernáculo Claudio Levrino (muerto un año y cuatro meses más tarde, como resultado de una farsa en la que intentó demostrar a su esposa el carácter inofensivo de un arma aparentemente descargada) y la actriz, vedette y también futura evasora impositiva Susana Giménez. La mesa discurría acerca de la imagen argentina en el mundo. (Laureano Brizuela – En todo momento abrirá forzadamente los párpados en señal de franqueza): -Es muy notoria la campaña antiargentina que hay. O sea, hay un desconocimiento total de lo que pasa acá… (Ginette Reynal, interrumpe): -Sí… Total, total. (Laureano Brizuela): -Nadie sabe la tranquilidad que aun en los momentos más críticos se ha respirado siempre acá. (Ginette Reynal): -Sí… (Laureano Brizuela): -Se ha respirado tranquilidad, y ahora más que nunca, y... (Mirtha, interrumpe): -¿Lo notás, en tu lugar, donde estás viviendo? (Laureano Brizuela): -Sí, se nota. Hay una carencia de información; y por suerte hay sectores de la Argentina que están enviando publicaciones y las están repartiendo por todo el sur de EE. UU., inclusive hasta Nueva York… (Susana Giménez, interrumpe): -La carencia de información, Laureano, es una cosa, ¿eh? O sea, contra Argentina, yo realmente… (Ginette Reynal): -Y la poca información que hay se utiliza en contra. (Susana Giménez): -No puede ser que en Inglaterra no sepan que Buenos Aires es la capital de la Argentina. O sea: es una falta de cultura. Yo pienso que no es una cosa antiargentina. Porque yo no lo he notado, realmente (mira a Mirtha). (Mirtha): -Lo que estamos viviendo ahora es una campaña ORGANIZADA. (Susana Giménez): -Sí, ya sé. Pero hay lugares, por ejemplo en Chile, que yo pensaba que lo iba a notar y... ¡al contrario! (Ginette Reynal): -Sí, pero la gente que interviene en esa campaña organizada… hay mucha gente que, realmente, no sabe NADA de la Argentina. Yo me he encontrado con gente que me ha preguntado “¿Vos sos de Argentina?” “Sí”. “Ah, sí, de Caracas”. Así no puede ser, ¿te das cuenta? (Mirtha): -Aquí tuvimos invitados, hace poco, en este programa, al Príncipe de Orleans y a Jean Cacharel, el famoso Cacharel… (Ginette Reynal, sabe de qué se está hablando): Sí… (Mirtha): -…con una delegación francesa que vino, para saber o… no sé… para ADVERTIR qué era lo que pasaba en Argentina. Estuvieron aquí con nosotros, y yo en uno de los momentos les dije que… lo único que pedía era que realmente reflejaran lo que habían visto, lo que habían vivido en nuestro país, ¿no? Y ellos comentaban que… yo realmente les hice el comentario de cómo se atacaba a nuestro país desde Francia; y ellos dijeron algo muy inteligente. Dijeron “¡Pero Ud. sabe que también se ataca a Francia, desde Francia!” (Invitados): -¡Claro, sí! (Mirtha): -Los franceses se atacan entre sí… las cosas que le dicen a su presidente, a sus ministros. Hay un ministro que tuvo que renunciar, por las cosas ESPANTOSAS que le decían, ¿no? (sonríe). (Susana Giménez): -Lo que pasa es que en Europa todo el mundo dice lo que se le da la gana de todo el mundo. ¡Inclusive en Inglaterra contra la REINA! (Claudio Levrino): -Claro. (Susana Giménez): -Y… frente a Buckingham. O sea, ponen un cajoncito ahí, se paran y, o sea... hay una libertad TOTAL. Uno habla de lo que CONOCE. Eso es lo que detesto más en la vida: que la gente hable y juzgue de cosas que no conoce, en todos los órdenes. (Mirtha): -La campaña contra el Congreso Internacional de Cáncer, el que se hace ahora, ¿no? El Congreso Internacional… (Susana Giménez): - Pero, ¿qué es esto? Yo pienso que es un grupo… (Mirtha, sonríe): -Está todo orquestado, ¿no? (Laureano Brizuela): -Ésas son las colonias argentinas en cada país, ¿no? (Ginette Reynal): -¡Claro! (Laureano Brizuela): -Porque, curiosamente, la gente que se ha ido del país se ha ido cada uno por su lado, digo… en el caso de Puerto Rico, por ejemplo. Para mí es increíble encontrarme con la colonia argentina tan grande que hay allá. Y que estaba totalmente desmembrada cuando yo llegué… Conocí un par de argentinos por ahí sueltos; pero cuando empezó el Mundial… empezaron a transmitir por televisión, pagados por los grupos argentinos de ahí, de gente que vive allí. Se reunían en una especie de taberna muy graciosa que hay, adonde habían alquilado un telón muy grande y donde todo el mundo veía el Mundial en colores, transmisión directa. Y el júbilo que hubo después, y los paseos por toda la ciudad de San Juan, caravanas de coches… La gente no entendía al principio mucho… (Mirtha): -Yo creo que nos hizo mucho bien, mucho bien. (Laureano Brizuela): -Eso hizo muchísimo bien. (Claudio Levrino): -Aparte, aunque les duela a mucha gente, somos los Campeones del Mundo durante cuatro años (risas). SOMOS LOS MEJORES DEL MUNDO DURANTE CUATRO AÑOS. (Laureano Brizuela): -Aunque muchos digan que es un premio moral… (Claudio Levrino): -Eso fue lo más rescatable del Mundial. Eso fue… lo que mejor… lo que mejor… (Susana Giménez): -Eso fue lo que nacionalizó… ¿o nacionalización? ¡Nos unió, nos unió! (Ginette Reynal): -Digamos: frente a una pelota de fútbol o un partido de fútbol somos todos iguales, ¿no? (todos: Claro, claro). (Mirtha): -Nos argentinizó, ¿no? Nos argentinizó. (Claudio Levrino): -A mí lo que más me conmovió de este Mundial, al margen del resultado, es VER A LA GENTE SALIR A LA CALLE CON LA BANDERA. (todos: "Impresionante, increíble"). Yo he LLORADO como un CHICO, y de repente… a vos te da mucha vergüenza mostrar tus emociones; y de repente empezás con ese falso concepto machista de que el hombre no tiene que llorar. Y yo me acuerdo de que estaba parado, en la Avenida Santa Fe –iba al teatro- y SOLO… ¡me di cuenta de que lloraba, lloraba, lloraba…! (Mirta, interrumpe): -¡Yo también, el último partido! ¡TODOS lloramos! Hombres mujeres, ¡el presidente, lloraba! Yo vi al presidente Videla también con lágrimas en los ojos… (Claudio Levrino): -Yo lo estoy contando ahora y sigo emocionado, eh… (Mirtha, fuerza la exhibición del rostro): -¡Mirame a mí…! (Claudio Levrino): -Por eso te lo digo, por eso te lo digo. (Laureano Brizuela): -El argentino, realmente, es TAN defensor de lo suyo afuera, que se lo conoce como… a veces se toma la actitud del argentino como una pedantería, de LO MUCHO QUE HABLA de lo suyo, aun estando afuera, ¿no?, pero... (Mirtha, interrumpe): -Fanfa, ¿no? Fanfarrón (risas). (Laureano Brizuela): -Se cree eso, pero… en Puerto Rico, por ejemplo, decían: “Si el Papa llega a salir Argentino, ¡quién los aguanta a ustedes!” (risas). (Mirtha): -Yo de eso no digo nada, porque hice un comentario una vez y recibí una carta de una señora muy molesta diciendo que no podía mezclar una cosa así… Todo de muy buen humor, porque además hace a nuestra esencia eso: ser argentino. No era una irreverencia; al contrario: estaba dicho con todo respeto… creo que en pocas audiciones, como la nuestra, se cuidó mucho la semana de la muerte del Papa… que no hubiera cosas extemporáneas o cosas que pudieran molestar a todos los católicos, ¿no es cierto? De manera que aprovecho esto para decirlo. (Leandro Brizuela): -Yo creo que todo el catolicismo está contento por la elección, ¿no? Pero creo que hubiera hecho mucho bien la elección del primer Papa latino, ¿no?, o sea… latinoamericano, digo. (Mirtha): -Mmmm… (Susana Giménez, fuera de plano): -Nunca lo van a permitir… (Mirtha): -Qué tal el postre. ¿Está rico, chicos? 2.- OTROS ANTECEDENTES: ¿Quién sesgaba la conversación que precede, que de los argentinos somos derechos y humanos había derivado impropiamente hacia la condena de las posibilidades de un catolicismo de izquierda? A noviembre de 2019, es posible relevar estos datos: . Fue reina de un corso hace más de 80 años. . El título le abrió la puerta a una participación en una película de Niní Marshal, junto con su hermana, hace más de 79 años. . Esa película le trajo otra, hace 78 años. . Con supuestos 14 inviernos, hace también 78 años, fue elegida para co-protagonizar Los Martes, Orquídeas, comedia ícono de la llamada “época de los teléfonos blancos”: narraciones románticas pasatistas de corte burgués decorado, distanciadas de toda. . El film generó una explosión de nuevas incursiones artísticas tanto en televisión como en radio y un salto a la popularidad. Ello la conectó con el productor francés Daniel Tinayre, con quien se casó hace más de 72 años. . Los éxitos cinematográficos la condujeron a iniciar una carrera como artista de televisión, hace casi 70 años. . Para aprovechar su enorme llegada al público de clase media y clase alta, su marido le produjo diversas obras de teatro, desde hace más de 62 años. . Filmó la última de sus 38 películas hace más de 54 años. . En 1968, hace más de 51 años, inauguró el ciclo Almorzando con las Estrellas –luego Almorzando con Mirtha Legrand- que resultó ser una de las emisiones más longevas de la televisión mundial. Desde entonces, la Diva tuvo incursiones sólo esporádicas en el teatro, la radio y la ficción televisiva. Desde el piso de los almuerzos, pensado para un público adulto de estándares aspiracionales, Mirtha desplegó un ideario de pertenencia que atrajo fuertemente a una audiencia padeciente de síntomas de desclase e identificada desde su imaginario con metas de lujo y servidumbre a su cargo. A tal fin, la producción cuidó no sólo que los decorados y el arreglo de las mesas lucieran con la pompa y el boato instalado en las ilusiones del mediopelo y en las costumbres de las clases privilegiadas: también cedió a las cada vez más intensas necesidades de expresión de Legrand, siempre vinculadas con la prevalencia de las categorías de propiedad privada respecto de las exigencias de convivencia democrática. A fuerza de verdad, Martínez Suárez adujo haber sido censurada únicamente por gobiernos constitucionales, comenzando por el peronismo (que no sólo le habría prohibido su obra Vidalita, en la que salía vestida de gaucho; sino que, además, le habría impedido a la productora de su marido la compra de celuloide virgen); siguiendo por la presidencia de María Estela Martínez de Perón (que la habría “sacado del aire”); pasando por la de Raúl Alfonsín y, más intensamente, durante los 12 años de gobierno kirchnerista. A cambio de ello, Mirtha desarrolló en sus emisiones una fuerte defensa de claras preferencias pudientes que prescindían de la regularidad institucional, más allá de evidenciar una ajenidad evidente con lo nacional y popular, categoría vulgar que distaba con evidencia de sus exhibiciones suntuosas. Especialmente durante la dictadura cívico-militar, Martínez se encargó de cubrir con el velo de la falsa magnificencia y el discurso afectado las atrocidades cometidas por los genocidas que protagonizaron el período de facto. Encabalgada en su aparato mientras día a día se secuestraba, torturaba y mataba población civil, “La Chiqui” comenzaba sus emisiones practicando algún paso de baile distendido sobre melodías de violines, entre ornatos de oropel que sus adherentes percibían en sentido de grandeza patrimonial y pertenencia a estratos superiores. 3.- EL PERÍODO MACRISTA: Ya supuestamente octogenaria, Rosa María fue convocada por el equipo de publicidad del macrismo para activar la campaña de sugestión colectiva que derivó en la elección del líder de Cambiemos como presidente de la Nación. En miras de este menester, la plataforma Legrand resultaba sumamente adecuada a los fines de excitar las ilusiones aspiracionales de los sectores medios, salvados de la miseria gracias a las políticas populares de redistribución implementadas durante los gobiernos del matrimonio Kirchner y que ahora, a más de 10 años de la debacle y con sus necesidades de diverso orden satisfechas, disparaban ilusiones de ascenso hacia metas que creían alcanzables a partir, tan sólo, de su voluntad individual. Así, Mirtha Legrand fue, desde su espacio televisivo orientado a los “berretines” de la (des)clase media, una de las propulsoras más eficaces de la instalación de la figura de Mauricio Macri en el imaginario aspiracional, y también una de las constructoras y aseguradoras más intensas e impúdicas de la cosmovisión del "gran público". Incluso el tratamiento de “diva” -dispensado por el ambiente artístico a su favor- coadyuvó a generar convicciones de abolengo conectadas con las pretensiones de privilegio instaladas en ese colectivo de base migratoria, que se resiste a considerar su cercanía con la pobreza y pavonea sus escasas posibilidades disfrazadas de lo más caro que pocamente pueda comprar. Por su mesa, durante las tareas de fascinación del "vecino medio", pasaron todos los candidatos del cambio y luego todos los funcionarios del macrismo, con paulatina desaparición de invitados del ámbito peronista. Las charlas que se generaban partían de estándares aceptados de “robo kirchnerista”, de “soberbia de Cristina”, de “devastación del país”, de “concesión de privilegios a quienes no trabajan”, de “negocios turbios con la plata de todos nosotros”, de “imperio de la droga y la corrupción” y otros moldes de fuerte penetración emocional. En el desarrollo de sus banquetes, por el contrario, cualquier cuestionamiento a la figura del presidente recibía una amonestación de Mirtha: incluso, llegó a retar a una actriz que, al ser presentada, deslizó el gesto “rockero” de poner dedos en “V”, bajo el reproche de “así saludan los kirchneristas”. De estos ejemplos existen sobradas imágenes, videos y transcripciones en miles de portales y páginas de la red. Tanto la construcción de estos escenarios de exposición como las actuaciones llevadas a cabo por Martínez Suárez durante sus transmisiones no parecen haber sido gratuitas o producto de una simple orientación discursiva. En marzo de 2018, diversas fuentes denunciaron que la productora de Legrand, regenteada por su nieto –un joven empresario también beneficiado por el macrismo con un inesperado cargo de “asesor” en Fabricaciones Militares- cobraba cifras millonarias por cada intervención guionada de celebridades macristas, como la gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal, la ministra de Defensa Patricia Bullrich (favorablemente relevada por la clase media luego de la imposición de la “doctrina Chocobar”) o el mismo Mauricio Macri, acompañado de su esposa y de su hija pequeña. Por lo demás, Legrand ingresó en el círculo de grandes empresarios beneficiados con la reducción del Impuesto a las Ganancias dispuesta en el año 2016: se estima que el ahorro anual por el descuento fiscal rondaba, por entonces, los 10 millones de pesos. El día de su aparente cumpleaños número 89, apenas iniciado el nuevo gobierno, el flamante presidente la felicitó por teléfono. Mirtha aseguró a la prensa que había estado esperando ese llamado. Preguntada por los motivos de aquella expectativa, Legrand confesó: Bueno, porque soy bastante amiga y porque… hice mucho para que este gobierno gane. Más adelante, hacia las postrimerías de la administración macrista, Mirtha emitió una frase de fuerte impacto emocional: “Daría mi vida para que el kirchnerismo no vuelva nunca más”. A tal punto la aseveración resultaba cierta, que cuando Mauricio Macri eligió al senador venal Miguel Ángel Pichetto para que lo secunde en la vicepresidencia, Martínez Suárez montó en cólera y reprochó fuertemente la decisión. Dijo, por entonces, que Macri la había decepcionado y estafado; actitud que disparó un llamado de censura del entorno presidencial a su nieto-gerente, quien la obligó a pedir disculpas en la siguiente emisión. Sin embargo, aun con la victoria en primera vuelta de la fórmula Alberto Fernández – Cristina Fernández de Kirchner, Mirtha no ha entregado su vida a la causa. Antes bien, goza todavía de un encomiable estado de salud, que le permite disfrutar sin más escollos que los de sus propias limitaciones humanistas de una fortuna estimada durante el primer año de la presidencia de su amigo en unos 1.167 millones de pesos (cerca de 73 millones de dólares de entonces). Ignoramos si durante la presidencia de Mauricio Macri ese patrimonio se ha incrementado geométricamente, como ha ocurrido con el caudal dinerario de todos quienes integran el Prontuario de Gabinete. * Galería completa: https://prontuariodegabinete.blogspot.com/
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