sábado, 5 de enero de 2019
Lisandro de la Torre
"Lisandro de la Torre"
por Rubén Lloveras
*caricatura por Andrés Casciani (2018)
tiza pastel y lápices sobre papel / 21 x 29 cms
"Un día como hoy pero de 1939, se suicidaba uno de los políticos más importantes que tuvo nuestra nación. En su domicilio particular, moría Lisandro de la Torre. Abogado de profesión, político y escritor, terminaba sus días víctima de una gran depresión.La encarnizada lucha contra el famoso tratado de las carnes llamado el "Pacto Roca - Runciman", le valieron el apodo despectivo (puesto por el oficialismo) de "el fiscal de la nación", apodo que sus correligionarios usaron en beneficio para demostrar la capacidad de lucha del gran tribuno argentino. En uno de esos combates legislativos, en el mismo recinto del senado de la nación, cuando interpeleban a los ministros de Hacienda, Federico Pinedo y de Agricultura, Luis Duhau, Valdés Cora, un comisario retirado y matón a sueldo del ministro de agricultura, disparó contra de la Torre, la bala dio de lleno en la espalda del senador, amigo y correligionario Enzo Bordabehere, hiriéndolo de muerte.
Este hecho le causó a de la Torre una gran tristeza y de a poco su figura se fue desvaneciendo, hasta desencadenar en el suicidio.
Sus jóvenes inicios militantes fueron en la Unión Cívica Radical de Leandro Alem, pero luego de la muerte del líder y con graves desavenencias de ideas con Hipólito Yrigoyen, decidió fundar su propio partido.
Según cuenta la leyenda, era tan importante la enemistad con Hipólito Yrigoyen, que una día se batieron a duelo de sable, de la Torre era un gran esgrimista, Yrigoyen todo lo contrario. El lance finalizó cuando en uno de esos furibundos ataque de Yrigoyen, el estilete tocó la mejila de de la Torre produciéndole una gran cicatriz, que tiempo después Lisandro taparía con su característica barba.
Ese 5 de enero, se había levantado como de costumbre muy temprano, encerrándose en su escritorio hasta casi el medio día. A su lado se encontraron cartas de despedida. Una de ellas con dinero para su sepelio y un pedido concreto solicitando "ser cremado y sus cenizas arrojadas al viento" otra carta muy especial para su ama de llaves, agradeciendo tantos años de servicio.
El certero disparo al corazón dejaba a nuestra Nación tal vez sin el hombre y político más lúcido que recuerde nuestra historia."
http://andrescasciani.com/
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