jueves, 30 de abril de 2020

"Prontuario de Gabinete": EL JUBILADO HONESTO


PRONTUARIO DE GABINETE – PENÚLTIMO CAPÍTULO

*Caricatura digital: Andrés Casciani / Texto: Eddy Whopper

Sección “Partícipes Necesarios”

Hoy: EL JUBILADO HONESTO


"A Fernández le decimos, que no se hagá el vi
Vo a Fernández le decimos que... se… no haga el vivo
… … … … … … …
… … … … … … …
(piensa)
Si congela los salarios
Le salimos con el campo
Ea ea ea ea, ea ea ea é
Ea ea ea ea, ea ea ea é.
(Adulta mayor con altavoz, en marcha contra el gobierno de Alberto Fernández, diciembre de 2019)".


1.- HIJOS DE LA HISTORIA:

El beneficio jubilatorio ordinario argentino se concede, en el régimen general, a varones desde los 65 años y a mujeres desde los 60, siempre que cuenten con treinta años de aportes al sistema de previsión social.

Hacia el año 2012, fecha en que comenzó la campaña de sugestión colectiva pagada e impulsada por el poder real -cuya herramienta fundamental fue el macrismo- un varón jubilado bajo esos parámetros había nacido antes de 1948; y una mujer, antes de 1953. Eran a su vez fruto de una generación que había llegado al mundo, al menos, en la década de 1920; y de abuelos que habían visto iniciar el siglo XX.

Este detalle importa aceptar un primer contexto: el Jubilado Honesto es hijo de una entremezcla que había pasado del orden conservador a la democracia yrigoyenista; de ésta al radicalismo de derecha de Alvear; de éste, al último intento adormecido de Hipólito y de allí a la Ley Marcial de Uriburu y la fraudulenta Década Infame, disputada en 1943 por el golpe de Estado cuyo fracaso condujo al peronismo, momento en que más o menos nació el jubilado captado durante la Segunda Presidencia de Cristina Fernández por la influencia televisiva y radial opositora.

Del Justicialismo –repudiado por la clase media por evidenciarle sin discusión su carácter de obrera- el hoy Jubilado Honesto fue llevado a vivir un régimen autoritario, militarizado, censor y genocida, tan cruel y tan circense que hasta prohibió por decreto de facto la pronunciación de las palabras “Perón”, “peronismo” y afines, como así también toda referencia al “régimen depuesto”. Cuatro años más tarde, Arturo Frondizi asumió con el voto de los peronistas y habiendo pactado con el General –en el exilio- que continuaría su obra. Frondizi traicionó ese pacto; no obstante, fue depuesto por otra insurrección en 1962, luego de casi cuarenta conatos de sedición. José María Guido, simplemente, se cruzó unas cuadras desde el Congreso hasta el Palacio de Tribunales y juró como presidente de la Nación.

En 1963, otra vez el orden institucional floreció de la mano de Arturo Illia, quien, debe decirse, había asumido un rol de espera de acontecimientos durante la llamada “Revolución Libertadora”. A pesar de su templanza y rectitud en el poder, fue depuesto en 1966 por la “Revolución Argentina”, que se desarrolló hasta 1973 y que tuvo tres presidentes simultáneamente descabezados por fragmentaciones ideológicas y disputas de poder dentro del mismo espacio “revolucionario”.

En el 73, la política y la cultura argentinas volvieron a dar un giro demoledor: regresó el peronismo. De un día al otro la cosa tomó el camino contrario: el régimen militar entregó el cetro a Héctor Cámpora, quien, en cabal ejercicio de la lealtad, convocó a nuevas elecciones para que la fórmula Juan Perón – María Estela Martínez de Perón se llevara más del 60 % de los sufragios. El país volvía a ser peronista; y, dados tales guarismos, más peronista que nunca jamás.

Juan Domingo sobrevivió poco menos de nueve meses a su asunción. María Estela Martínez, su vicepresidenta, quedó al mando. A pesar del guiño popular a la candidatura, rápidamente el empeoramiento de las condiciones económicas, las presiones norteamericanas –consecuencia del plan de “contención de la expansión comunista” en Latinoamérica a través de la imposición de gobiernos militares- y las disputas de poder dentro del mismo peronismo, sumadas a la notoria inhabilidad de la viuda para la cuestión pública, degradaron el crédito del nuevo gobierno.

Por entonces, acuñado ya el concepto de “subversión”, el propio Estado había declarado “ilegal y terrorista” a la organización Montoneros y a otros grupos, que pasaron a la clandestinidad. Además, les había comenzado a dirigir acciones de… terrorismo de Estado. La crisis económica se disparó con el descolocado Rodrigazo de 1975, que generó una inflación sólo comparable con la de la Alemania pre-nazi. En alguna Historia de la Clase Media Argentina se destaca el testimonio de alguien que cuenta haber escuchado: “Cualquier cosa, con tal de que se vaya esa hija de puta”.

Pues la fantasía se cumplió. El 24 de marzo de 1976, una facción militar insurrecta derrocó a la mandataria constitucional. Todos los conceptos de librepensamiento democrático fueron depuestos a favor de la entronización de la Doctrina de la Seguridad Nacional, que impuso la obligación de seguir los principios del estilo Occidental y Cristiano, la inmovilidad ciudadana y la obturación blindada del principio de inocencia. Censura, violencia institucional, abusos policiales, acciones paramilitares y parapoliciales sobre la población civil y entrega del patrimonio nacional al capital extranjero, enmascarados bajo la carátula de la simbología patria y el ideal del Ser Nacional, fueron los elementos-fuerza del nuevo estado de cosas dominante.

En aquel marco, el aparato propagandístico descerrajado contra el criterio de una clase media en vías de detonación intelectual fue, del mismo modo, feroz. Un denodado trabajo de carpintería sobre el machimbre desgastado de cada azotea no impidió, sin embargo, que la clase media continuara su derrotero tradicional de hipocresía: la frase que caracterizó la conducta de esos estratos fue “Algo habrán hecho”, moción de cobardía que se expresaba al tomar conocimiento de secuestros clandestinos, desaparición de personas o abatimientos ilegales ocurridos a vecinos, a conocidos, o a cualquiera.

Ya avanzada esta etapa, Leopoldo Fortunato Galtieri, uno de los presidentes nombrados por el Proceso de Reorganización Nacional –tal el nombre del tumulto conspirativo- llevó a la población a condiciones de pobreza y de represión intolerables. Su impopularidad –alentada por su tendencia al consumo de alcohol- fue tal que el día 30 de marzo de 1982 se organizó una marcha a Plaza de Mayo, a pesar de encontrarse prohibido el derecho de reunión. El “pueblo”, primero secretamente, y ahora en forma explícita, lo repudiaba.

Sin embargo, tres días después, Galtieri anunció la recuperación de las Islas Malvinas. La maraña daría un nuevo vuelco: en la misma semana, muchos de los que habían sido apaleados en la concentración del 30, vivaban ahora la Gesta. La guerra terminó en una derrota rotunda y todos –los militares también- entendieron que el Proceso había llegado a su fin. Comenzó a desandarse el regreso, otra vez, hacia todo lo contrario: la Democracia.

Así que Raúl Alfonsín –quizás porque uno de los candidatos del peronismo quemó un ataúd con la inscripción “UCR” en un acto público- ocupó el 10 de diciembre de 1983 la Primera Magistratura y condujo a la Nación a la senda de la institucionalidad y el respeto por los Derechos Humanos. Su aceptación fue día a día en enorme alza…

…hasta que las políticas verdaderamente republicanas comenzaron a entrar en colisión con los intereses de los grandes capitales y con el orden que tocaba a la Argentina en la división internacional del trabajo, según lo habían decidido las potencias de posguerra. Es claro que la clase media desconocía las causas, así que vivió como sólo sufrimiento las consecuencias de la inflación previa a la creación del Austral y su fracaso, y de la hiperinflación salvaje ocasionada por el golpe de mercado propinado a don Raúl en 1989. La clase media hoy jubilada, que rondaba por entonces los 40 años, consideró favorablemente la renuncia del Padre de la Democracia y su reemplazo, algunos meses antes de lo que establecía la Constitución Nacional, por un régimen que instalaría el neoliberalismo a lo largo de una década.

Las profundidades del pensamiento democrático, el ejercicio de la memoria, las demandas de Justicia, la acentuación de los conceptos de patria y legalidad, la necesidad de formarse para crecer y hacer crecer al país en un marco de normalidad institucional y virtud pública, fueron rápidamente dejados de lado.

Durante los años 90 se impuso el modelo de funcionamiento empresarial del Estado –que suponía la invalidación de toda actividad pública que generara déficit, como la salud, la educación, la asistencia social o incluso la política-, el desguace de lo público y soberano –que importó la concesión a capitales privados de las empresas que garantizaban la satisfacción de necesidades esenciales- y una nueva concepción del progreso fundado no en el esfuerzo colectivo, como con toda sabiduría proponía Alfonsín, sino en el mérito personal.

La clase media, durante ese período, vivió una primavera de consumo que la llevó a conocer mecas de expansión como Florianópolis –cuyo paraje de Canasvieiras, que carecía de desagües cloacales, fue conocido como la Playa de los Argentinos- e incluso algún destino caribeño. La propaganda se centró en la exaltación de las decisiones individuales como motor del progreso: el boom editorial por excelencia fue el género auto-ayuda. Paralelamente, un proceso de captación del ingreso por parte de las empresas –que aprovecharon durante toda la década la paridad 1 a 1 entre peso y dólar- permitió que los sectores medios renovaran su vajilla e incorporaran electrodomésticos a crédito, al ritmo de la incipiente revolución tecnológica y en sintonía con lo que creían que era “el mundo”. No hubo más patria: la filosofía del mediopelo mutó a ser sublimada por otra frase que aún hoy muchos llevan como mascarón de proa de sus barcazas de inmigración: Vivir el presente.

Ya dominada por los medios hegemónicos de comunicación –el Grupo Clarín se constituyó en 1999- la clase media fue digitada para “votar un cambio”, como en aquel momento se adjetivó al proyecto de Fernando de la Rúa. Quienes rayaban los 50 años, eligieron al radical, en contra del modelo “peronista” que los había gobernado desde 1989. Todo volvería a ser, otra vez, otra cosa.

De la Rúa no pudo sostener el timón de su pretendida reforma, y terminó contratando al mismo ministro de Economía que había criticado durante su campaña. El resultado: la crisis más enorme vivida por país alguno en el mundo, a salvo las Guerras Mundiales y el Crack de 1929. Impulsada a la movilización por los medios hegemónicos, la clase media salió a las calles a derrocar al mismo presidente que había elegido dos años antes, sobre todo enojada porque los bancos se negaban, por resolución ministerial, a entregarles el dinero de sus cuentas. La consigna que por entonces los enardecía era un apotegma de inmadurez rabiosa y adolescente: “Que se vayan todos”.

De la Rúa renunció dejando un tendal de miseria. La Asamblea Legislativa fue nombrando, a medida que renunciaban, algunos presidentes interinos. Nuevamente volvía a interrumpirse el orden institucional, y nuevamente marchábamos hacia todo lo contrario. Eduardo Duhalde, que había PERDIDO las elecciones en 1999 contra Fernando De la Rúa, se hizo cargo del Poder Ejecutivo el 2 de enero de 2002: convocó a elecciones al año siguiente.

En 2003, a pesar de la consigna de 2001, la clase media volvió a votar a los mismos protagonistas que ocupaban cargos de poder antes de la renuncia de De la Rúa. A fuerza de verdad, el presidente que ganó aquella elección era el que había realmente ocasionado la debacle; pero ante la inminencia de perder el balotaje, se retiró. Nadie había votado pensando en la normalización institucional, sino en la esperanza de un rebrote económico.

Néstor Carlos Kirchner asumió la Presidencia de la Nación en 2003, con picos de aceptación que superaron el 80 %. Inició una verdadera política de corte nacional y popular. Los chacareros ricos de la oligarquía, alentados por la suba internacional del precio de los cultivos, multiplicaron sus fortunas. La clase media se vio beneficiada con la recepción real del fruto de su trabajo en una economía que, gracias a la acción de un Estado presente, crecía cada vez más. En 2007, la clase media, que no se había recuperado del todo, votó el seguimiento del proyecto en la esposa de Néstor, Cristina Fernández.

Los medios internacionales hablaban de un “Milagro Argentino”: de la miseria generalizada, la Nación había pasado a un sendero de prosperidad y distribución más equitativa de la riqueza. Cristina Fernández fue reelecta en 2011, con el 54 % de los votos.

Pero, al igual que en 1955, los sectores del poder real –a quienes las administraciones kirchneristas habían sometido al cumplimiento de normas emanadas de la implementación de aquella política Nac & Pop- advirtieron que por medios puramente democráticos no volverían a detentar el poder formal. Entonces, despejada toda posibilidad de recurrir a la herramienta militar –en especial, porque en esta etapa del capitalismo los proyectos holísticos atentaban contra el mercado- echaron mano de las estrategias de manipulación propias de las relaciones de consumo, y pusieron en marcha una de las campañas de sugestión emocional más fenomenales de los últimos tiempos.

El resultado: quienes habían vivido tantas frustraciones alcanzaron, por el solo hecho publicitario psico-neuronalmente diagramado y desenvuelto, la certeza de que el prolongado “verano kirchnerista” había sido otra “fiesta” que se debía volver a pagar, por exclusiva culpa de quienes la habían generado, a saber, los Kirchner y su entorno.


2.- EL MONSTRUO ¿IRREPROCHABLE?:

Derivación y cuarto lateral de esas convulsiones febriles que propinó la historia argentina a sus administrados es “el Jubilado Honesto”. Ilusionado a través de las décadas, defraudado, más o menos patrimonializado y luego esquilmado, su único capital permanente es, precisamente, su autopercepción de honestidad.

Parece lógico, también, que conceptos centrales como el de “justicia social” sean, para él, detonantes de un “desorden” que no hay una sola vez que no le traiga “desgracias”, traducidas en pérdidas hiperinflacionarias “a la larga” y en necesidades de reconstruirse a partir de contraejemplos muertos, revividos y que volverán a aniquilarse.

Cualquier apelación a la franqueza impone aceptar que el escenario exige demasiada fortaleza para no degenerar. Los daños irreversibles que ese zarandeo histórico letal es capaz objetivamente de provocar sólo pueden ser enfrentados sin costo de lucidez a partir de una estructura psíquica siderúrgica, una preparación cultural impar que facilite tanto los canales del entendimiento como la predicción razonable de lo futuro, y una cierta capacidad de satisfacción de propias necesidades que diluya las eventualidades desesperadas de interpelar al sistema para sobrevivir. Condiciones, estados y objetivos que sólo excepcionalmente el mediopelo cumple -ni joven ni viejo- y mucho menos reunidos.

Así puesto en rieles, el Jubilado Honesto agradece y mitifica la rigidez brutal de sus padres, moldeado en lo que dogmáticamente cree una manera correcta de hacer las cosas, atrapado en el egoísmo, la singularidad y el exterminio del placer. Dispensa también aplausos y adhesiones a los desvaríos extralimitados de las instituciones encargadas de “mantener el orden”, lo que asegura aventar todo riesgo de fracasos fundados en la vigencia de los derechos fundamentales. ¿Por qué no habría de abrazar al macrismo, que le asegura la puesta en marcha de esa dinámica de fuerza contra fuerza?

¿Cómo exigirle virtud pública, si quiere creer, por todo lo que le pasó y sin otra enciclopedia que la de sus errores de inmigración, que la democracia fue el virus de su enfermedad?

¿Cómo enseñarle que los derechos no son formas del libertinaje, si cada vez que los ejerció terminó castigado?

¿Cómo asegurarle que el reconocimiento de la dignidad no terminará en el terror y en la miseria actual o inminente?

¿A santo de qué, entonces, pedirle a esa miríada de indignados de la tercera edad que critique a un gobierno que le recortó obscenamente el valor de cambio de sus haberes, que le hizo pagar los medicamentos bajo pena de morirse, que para cubrir su salud y su alimentación la obligó a tomar créditos a tasas usurarias impuestas por el mismo Estado, que despidió personal médico de los establecimientos públicos, que desfinanció la ANSeS y que vendió a precio vil los activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, genial creación que aseguraba el pago de toda jubilación y pensión aun en tiempos de depresión económica?

¿De verdad nos parece que su razón se iluminará si le explicamos que la fórmula de actualización de sus ingresos era más beneficiosa con la “Ley de Cristina” que con la “Reforma Previsional” de Macri?

Si apoyó esa Reforma porque “Prefiero ganar un poco menos, antes que seguir manteniendo vagos”, ¿qué hace el Hombre Mortero queriendo defender a… quién?

Todo el sector de jubilados perdió con Macri el 50 % de su capacidad de compra de medicamentos. No sólo porque la jubilación mínima pasó de más de 400 dólares en 2015 a poco menos de 220 en diciembre de 2019; a la par, el aumento promedio de los productos farmacéuticos en los cuatro años fue del 455 %. Bien: ¿qué hacer con quien, desde su frustración con los mecanismos de la democracia y a partir de sus condicionamientos culturales, se ha convencido de que “si me alcanza para comprar, compro; y si no, no compro, como debe ser”?

Más derechos es, en esta visión, más problemas. A nivel “macro”, más derechos para todos es aumentar la posibilidad de más problemas para esos todos; y a la vez multiplicar sideralmente la posibilidad de más problemas para mí.

Por eso, pues, porque GARANTIZABA la pérdida de lo que no se volvería a perder (ya que no se volvería a ganar), la intención de voto a Mauricio Macri entre personas mayores de 65 años fue, según las encuestas de 2019, cercana e incluso mayor al 50 %. Las “Marchas del Millón” convocadas por el macrismo luego de la derrota de agosto arrearon a decenas de miles de jubilados, en “lucha por la República” y con consignas de apoyo a un exterminio que, paradójicamente, los incluiría.


3.- LA CONTRAPARTIDA:

Al Jubilado Honesto de Televisor se opone una loable franja de trabajadores pasivos que ha presentado batalla durante los cuatro años del macrismo. Muchos, en este período, y a pesar de las soledades de la vejez, han preferido perder amigos, relaciones e incluso parientes, incapaces de diálogo en un marco de sociedad fragmentada por el bombardeo mercadotécnico impulsado por el poder real.

Trabajadores pasivos cuya dignidad los llevaba a vencer las barreras del prejuicio, y a levantar consignas de derribo de un sistema insano apoyado por patologizados y actuado por perversos. Jubilados que, en pleno embobamiento de sus congéneres con el orden obsceno que desplegaron los hacedores de la miseria, se enfrentaron al “qué dirán” y restaron horas de su justo descanso para alzar la bandera de la lucha virtuosa por los altos ideales que demanda la Justicia Social.

Esa lucha y esos luchadores nos honran, porque han actuado en inferioridad de fuerzas contra un orden monumental y despiadado, sin seguridades de victoria, pero a sabiendas de que sus eventuales triunfos beneficiarían incluso a quienes los desprecian.

Esa lucha y esos luchadores son, a no dudarlo, formas de la dignidad, emergencias del verdadero amor, ejemplos superiores del dar la vida por una sociedad más justa, que es, en definitiva, el ejercicio de la elevada misión de dar la vida por el otro.


4.- FINALE:

El personaje que compró la autopercepción de “honestidad” en las radiotelevisaciones macristas, carente de vergüenza social, desprovisto de solidaridad, hablador infundado, estigmatizador consuetudinario y propiciador de las más criminales y absurdas tiranías, genuflexo ante los poderes más inmorales y organizador de vituperios contra una democracia que lo ha excedido en posibilidades, debe rendir tributo de vergüenza ante quienes se abstienen de publicitar su real honestidad y la detentan y ejercen sin más prédica que sus actos.

En carácter de cómplice digitado por los ideólogos del plan de perversión patologizante más importante desde el regreso de la Democracia, integra este Prontuario el Jubilado Falsamente Honesto aplaudidor del exterminio de sus iguales, chillador de panza llena, tirano sin contexto, egoísta estructural, mentor de lo malo, bufón de su propia trascendencia.

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martes, 28 de abril de 2020

"Prontuario de Gabinete": LA MAMI Y EL PAPI DE DOS SOLES


PRONTUARIO DE GABINETE - Antepenúltimo Capítulo

*Caricatura digital: Andrés Casciani / Texto: Eddy Whopper (2020)

Sección "Partícipes Necesarios"

Hoy: LA MAMI Y EL PAPI DE DOS SOLES

Se miran, se calculan, se respetan,
se saludan, se esconden, se palmean,
se presienten, se espían, se toleran,
se sonríen, se miden, se recelan,
se avecinan, murmuran, se molestan,
se silencian, se envidian, se rebelan,
se entreveran, se mienten, se pelean,
se demandan, se muerden, se aparean,
se arrepienten, asumen, se sinceran,
se disponen, se creen, se pasean,
se deslumbran, se invitan, se festejan,
se cocinan, se compran, se conversan,
se vigilan, se chocan, se entremiran,
se contienen, se embaucan, se aniquilan,
se calientan, se atacan, se regulan,
se difaman, se esquivan, se entreculpan,
se apalean, se acusan, se provocan,
se intervienen, se juzgan, se desbocan,
se amenazan, renuncian, se maltratan,
se recuerdan, se cobran, se agigantan,
se demuelen, se ignoran, se desalman,
se indolentan, se invocan, se acobardan,
envejecen, se encuentran, se descubren,
se interpretan, se mueren y se pudren.

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sábado, 25 de abril de 2020

"Prontuario de Gabinete": EL POLICÍA DESCONOCIDO


PRONTUARIO DE GABINETE - Capítulos Finales

*Caricatura digital: Andrés Casciani / Texto: Eddy Whopper (2020)

Sección "Partícipes Necesarios"

Hoy: EL POLICÍA DESCONOCIDO

Sonríe, satisfecho, cuando prueba un nuevo uniforme de combate. Considera que el macrismo “pone en valor”: atiborra los polvorines, gratifica, empodera en la arbitrariedad.

Convencido de que ha regresado “la buena época”, el Policía Desconocido prodiga daño incausado, somete a privaciones ilegítimas, a interrogatorios inútiles, a desgastes disciplinarios. Encarcela en calabozos ordinarios por infracciones simples. Machetea, gasea, patea, insulta, apresa y tortura a seres humanos en situación de calle. Impide por la fuerza el ejercicio del derecho de reunión en espacios públicos. Intimida inocentes útiles. Detiene por “portación de cara”.

Porque el macrismo quiso imponer un control social tiránico, el Policía Desconocido actuó sobre categorías estigmatizadas por el nuevo régimen: personas que portaban divisas de pertenencia, vendedores ambulantes, tipos que miraban, transeúntes, militantes del feminismo, expositores de una identidad distinta de la hétero-sexualidad, sindicalistas, disidentes y aun extranjeros, a quienes llegó a inventar cargos de fuerte contenido emocional como “merodear”, “alterar el orden” y, según la ocasión, poseer “elementos contundentes” y hasta “bombas Molotov” o “armas de guerra”.

Protegió infiltrados que propiciaron descalabros aleves, para luego extender la farsa y atacar y lesionar con gravedad, por esa “razón” o por ninguna. Él mismo se infiltró, “vestido de civil”, con el fin de señalar cobardemente a quiénes debían “llevarse”. Ingresó en los establecimientos educativos por denuncias de “papis” y “mamis” que consideraron “política” la enseñanza de los Derechos Humanos, y se “llevó” a docentes y alumnos. Ingresó en el domicilio de ciudadanos que en las redes sociales se expresaron en contra de la dictadura macrista.

Apaleó mujeres embarazadas que desconocían su flamante y nunca notificado carácter de “personal cesante”; gaseó, castigó y embistió con tanques hidrantes los cuerpos fláccidos de jubilados indigentes. A solicitud de las autoridades venales (que incluyeron a gobernadores de provincia) se asentó en los edificios parlamentarios con fines intimidatorios. Impidió con arrebato el ingreso de legisladores no oficialistas a los recintos democráticos de debate, los golpeó, les descerrajó gas urticante. Especialmente instruido, golpeó e insultó a una funcionaria del gobierno venezolano, a quien el propio presidente desconoció y ordenó infligir trato criminal.

Se valió de la licencia conferida por una mayoría enferma y de la canalización de esa patología por un poder político relajado en obscenidad, para dar rienda suelta a sus desviaciones conductuales, a sus tendencias internas de progresión coactiva. Patricia Bullrich, desencajada de sangre, le regaló un Protocolo de Uso de Armas apriorista y dictatorial, que le permitió sancionar de facto lo que en su insuficiente formación podía interpretar como “peligro inminente”, según su antojo y sus necesidades salariales.

Entonces, el Policía Desconocido disparó contra obreros hambreados, contra cooperativistas arruinados por la política intencional de destrucción de sus espacios de trabajo. Hizo ostentación de armas frente a vendedores ambulantes, a quienes también golpeó y encarceló. Baleó en la cara a niños que practicaban murga. Asesinó por la espalda a un escolar de 12 años, porque su atuendo y su raza le sugerían delincuencia. Persiguió y mató a adolescentes que paseaban en automóvil, convencido de que se trataba de “delincuentes”. Remató autores de hurto desarmados que, heridos de fuego e incapaces siquiera de ponerse de pie, pedían clemencia. Recibió felicitaciones presidenciales, reivindicaciones mediáticas, premios en dinero, favores mórbidos del auditorio.

El Policía Desconocido, durante el macrismo, cometió un homicidio por abuso cada 22 horas; quizás –y a las resultas de la determinación de responsabilidades- cada menos. En todo caso, es la densidad de delitos institucionales más alta desde el Genocidio del 76. La prensa no hegemónica –única instancia de información veraz- destaca: Macri tuvo más muertos ilegales que días de gobierno.

¿Qué alimenta la vocación de entregar la libertad al designio de CUALQUIER enunciado?

¿Qué indecible aberración activa la prescindencia del juicio moral?

¿Qué extravío sublima el ejercicio libre de la violencia?

¿Qué poluciones estructurales motorizan la conciencia de ese orden subalterno?

¿En qué degeneraciones se sostiene el goce del sadismo cumplido?

Las respuestas, el día del Juicio Final.

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jueves, 23 de abril de 2020

"Prontuario de Gabinete": DIGNIDAD DE LOS PANELISTAS


PRONTUARIO DE GABINETE - Capítulos Finales

*Caricatura digital: Andrés Casciani / Texto: Eddy Whopper (2020)

Sección "Partícipes Necesarios"

Hoy: DIGNIDAD DE LOS PANELISTAS

Nada.
El ser que, así, solo, es nada.
Desprovisto. Lejos, incluso, de la indignidad.

No siendo, son para.

Seamos.
Y dejarán de estar.

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martes, 21 de abril de 2020

"Prontuario de Gabinete": Lavonne SMITHORSMITH


PRONTUARIO DE GABINETE

*Caricatura digital: Andrés Casciani (2020) / Texto: Eddy Whopper

Sección "Partícipes Necesarios"

Hoy: Lavonne SMITHORSMITH

Nombre completo: Lavonne SMITHORSMITH
Fecha de nacimiento: Primera semana de agosto de 2019

Pocos días antes de las elecciones primarias de 2019, comenzaron a aparecer en la red Twitter unos mensajes que se ubicaban entre el “spanglish” y la experiencia esquizoide. MILES de usuarios, en general identificados con locuciones de alguna manera inglesas (“Larita Poelking”, “Lynsey Crossley” y otras) se lanzaron curiosamente al mismo tiempo a dar su apoyo a Mauricio Macri y a persuadir a los argentinos de inclinarse a favor de Cambiemos en los comicios del próximo domingo 11.

Lo hicieron a través de frases del siguiente tenor:

“La excelencia de Macri como evento de caridad en realidad hasta ahora los ha conservado a todos provenientes de un futuro así. #YoVotoMM”.

“El futuro en realidad está haciendo un buen trabajo y también un negocio. #YoVotoMM”.

"El Sr. Macri ayudó a mantener a América Latina libre de armas nucleares y desempeñó un papel en la búsqueda de la paz en Medio Oriente. #YoVotoMM”.

Hay muchísimas otras.

El tuit que más popularidad alcanzó de aquella maraña psiquiátrica fue uno suscripto por la aparente usuaria Lavonne Smithorsmith –una morena 4 x 4 tres cuartos perfil derecho, de ojos almendrados, sonrisa símil Gioconda y leve turbante de lana- quien, a contramano de toda conexión significante, descerrajó: “¡Satisface a Mauricio, no te relajes! Te elijo! ¡Caricia significativa proveniente de Hurlingham! #YoVotoMM”.

Ya nos hemos pronunciado en un agobiante volumen de oportunidades acerca de la verdadera naturaleza del macrismo. Lo percibimos como un fenómeno emocional de sugestión colectiva VOLUNTARIAMENTE padecido por sus seguidores, porque legitima la suma de los antivalores que esos adherentes comulgan desde más de un siglo atrás y que en la mayor parte de los períodos históricos se vieron obligados a mantener reprimidos.

Por lo demás, el macrismo es un oferente monopólico: NO EXISTE en la Argentina (y hay pocos en la historia de Occidente) otro espacio que ponga en valor y naturalice como herramienta de interacción la miseria espiritual transmitida de bisabuelos a abuelos, de abuelos a padres y de padres a hijos que hoy moldean a su descendencia en la desviación.

Como fenómeno patológico de fascinación tumultuosa, el macrismo prescinde de la razón. Ya había indicado Mauricio Macri antes de esta “campaña” comprada a Twitter: “No hay argumentos, porque no hacen falta. Decile a la gente que votás con el corazón”. Todo su “equipo” lo repitió, como conducta partidaria, en la suma de los micrófonos y redes sociales del país.

El mensaje resumía la orientación de un proyecto comunicacional iniciado a fines de 2012 y que había “funcionado” sin fallas desde entonces.

En efecto: menos de un año después de la reelección de Cristina Fernández, comenzaron a verse los primeros frutos de una fuerte tarea multidisciplinaria de estudio, recolección de experiencias propagandísticas, abordaje de experimentos militares y de modos de transmisión ensayados incluso por gobiernos totalitarios para subyugar y someter grandes masas poblacionales. Primero cientos y luego miles de ciudadanos, obnubilados por las luces falsarias de una televisión plagada de mercenarios sobornados por el poder real, salieron a las calles a repudiar a la misma persona que habían votado sólo pocos meses antes, sin que ésta hubiera cambiado en lo esencial sus políticas sociales centradas en el cubrimiento progresivo de necesidades.

El macrismo había logrado simbolizar y significar, ya, lo que las clases medias y bajas (pero, sobre todo, las clases medias) quieren ser y nunca serán: clase alta. Así lo explicó, con total claridad, el filósofo José Pablo Feinmann, a quien a partir de entonces los rabiosos tildaron de “kirchnerista”.

Los ideólogos del macrismo, aun muchos años antes de su consagración, lo sabían. Habían perdido el poder formal (¡estaban pagando impuestos!) y, para recuperarlo, estudiaron dos opciones: la vía de facto o el aprovechamiento de todas las desvirtudes de sus miserables propios y adherentes, a través de la excitación emocional, para lograr consenso mayoritario. El inteligentísimo camino transitado fue la agitación del sedimento de antivalores que esas clases acumulan generacionalmente como capital simbólico y perfil conductual.

Y dio resultado, porque, ¿qué más quiere el deseo que un campo libre de represiones? Las clases aspiracionales necesitaban odiar a rienda suelta: el macrismo les instituyó un espacio en el que odiar, a partir de ahora, era moralmente bueno. Las clases medias querían que las fuerzas de seguridad dispararan a “los negros” por la espalda, sin dar voz de alto: concedido. Los papis y mamis de dos soles se inclinaban por la prisión preventiva o definitiva sin la verificación de los extremos legales: cuando le preguntaron a Macri por qué Milagro Sala estaba presa, si había sido juzgada por una contravención municipal, la respuesta que dio fue: “porque la mayoría de los argentinos SIENTE que debe estar presa”. No habló de leyes, no habló del normal funcionamiento de los tribunales. Apeló al alma degradada de sus adictos.

Hay una enormidad de “botones de muestra” de esta borrachera desatada y desvergonzada, de esta liberación de polución ancestral, que antes sólo encontraba espacio de expansión en espantosas sobremesas familiares, en las filas de los almacenes, en encuentros casuales entre calañas; en postulaciones de confianza centradas en la necesidad de un “orden” antiético, con apoyatura en todos los conceptos discriminatorios que puedan formar parte de las listas más repudiables; en los anti-ejemplos más repulsivos.

En agosto de 2019, poco antes de las elecciones presidenciales, aquella caterva centenaria -que por origen venía diluyendo su honor y su criterio en el éter de una circense ilusión de pertenencia- evolucionaba en una grey que, por las desmesuras de su corrupción, se había dejado provocar una notoria anormalidad perceptiva, quizás a niveles nunca vistos en su propia historia.

Conocedor de ese paño fácilmente reactivo, el macrismo lo estimuló con CUALQUIER COSA. Ni siquiera se preocupó por la difusión de mensajes coherentes, a tal punto SABE que sus destinatarios sólo advierten el componente emocional de la estructura, y que desdeñan u olvidan rápidamente la sustancia. Decidieron –quizás, hasta por diversión- masificar un mensaje animal, de sola endorfina. Los adictos al macrismo no necesitaban, a esa altura, ni siquiera del lenguaje.

Y así sucedió que, sin ninguna preocupación por el lado humano de los imbecilizados a quienes se dirigían, los perversos les apuntaron campañas que sólo tenían por objeto cuantificar el grado de devastación intelectual que ya les habían logrado inocular y desarrollar, para luego –a la luz de los resultados obtenidos- tomar nuevas decisiones eficaces. A partir de los datos que generara esta experiencia, los publicistas contratados se proponían trabajar para conseguir mayores avances a favor de la indignidad de esa categoría infame que, por su propio peso multitudinario muerto de virtud, asfixiaba toda posibilidad y todo amago de lucidez.

Lavonne Smithorsmith, rebosada de afasia programada y perversión léxica, prescindente de razón, tijereteada en el sinsentido vesánico, fue protagonista inapartable de esta arremetida sobre la idiosia adquirida de los sugestionados, que supuso una estimación en justa medida de su valor como seres pensantes, una confirmación de su simpleza desordenada, patológica y letal y, sobre todo, una verificación científica de la ruptura del principio de realidad en sus lectores.

Desde su ridículo, Lavonne exhibió con alto contraste histórico el campeo del infantilismo grotesco y dañino sobre las posibilidades racionales de la clase media aspiracional culpable, monstruosa gavilla multitudinaria, émula de la mediocridad, lastre de la virtud, motor inmóvil de todas las potencias de la incultura, vergüenza de lo por venir; conductual, perceptiva, moral e intelectualmente irrecuperable.

*Galería y textos completos: https://prontuariodegabinete.blogspot.com/

sábado, 18 de abril de 2020

"Prontuario de Gabinete": Hugo ALCONADA MON


PRONTUARIO DE GABINETE

*Caricatura digital: Andrés Casciani (2020) / Texto: Eddy Whopper

Sección "Partícipes Necesarios"

Hoy: Hugo ALCONADA MON

Nombre completo: Hugo ALCONADA MON
Fecha de nacimiento: 15 de junio de 1974
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ABRIL DE 2016.
Menos de cuatro meses atrás, Mauricio Macri asumía como presidente de la Nación.
Hugo Alconada Mon es entrevistado en el programa intencional “ANIMALES SUELTOS”.

ALEJANDRO FANTINO: -¿Cómo sabés quién te está cantando la posta y quién te está tratando de usar?

ALCONADA MON: -No… te tratan de usar todos. Todos, todo el tiempo. Una de las ventajas que tengo en el diario La Nación es que yo por lo general no escribo de un día para el otro. Eso me permite salir de la locura diaria y poder buscar más información.
Entonces: supongamos que vos me contás algo… lo que sea. “Triangulito”. Yo me voy a tomar EL TIEMPO NECESARIO para VERIFICAR si en efecto ES “triangulito”. Yo me voy a sentar con vos y voy a hacerte una suerte de… más que entrevista, un INTERROGATORIO, con cierto tipo de metodología de preguntas. Y, además, te voy a EXIGIR que ME ENTREGUES PAPELES, y voy a CRUZAR ESOS PAPELES con otros.
En algunos casos, algunas investigaciones son breves. Pueden tomar una semana. La investigación más larga que hasta ahora tengo en marcha van SIETE AÑOS y todavía no publiqué una línea.

FANTINO: -Me bromeás…

ALCONADA MON: -No, no. Empezó hace 7 años.

FANTINO: -¿Tenés una investigación de SIETE AÑOS? Por supuesto, no contás sobre qué (ALCONADA MON, manteniendo lo imperturbable de su gesto de seriedad, baja los párpados y niega con la cabeza). ¿SIETE AÑOS que estás siguiendo un trabajo?

ALCONADA MON: -LA INVESTIGACIÓN DE CRISTÓBAL LÓPEZ, que revelé que SE ESTABA QUEDANDO CON 8.000 MILLONES DE IMPUESTOS, tomó CUATRO AÑOS. La investigación sobre los hoteles de la Presidenta, que yo revelo que las empresas de Lázaro Báez alquilaban cientos de habitaciones de hotel en los hoteles de la Presidenta sin usar esas habitaciones, tomó: cuatro años desde el primer dato… dos años de trabajo específico.

ALEJANDRO FANTINO: -¿Trabajás solo o en equipo?

ALCONADA MON: -La mayoría de las veces trabajo solo. Pero, a su vez, en algunos temas, trabajo con colaboradores. Y tengo varios de primera: Maia Jastreblansky, Iván Ruiz, Alejandro Casar, Pancho Olivera, Diego Cabot…

ALEJANDRO FANTINO: -¿Cómo manejás la ansiedad a la hora de saber que te puede dar un poco más lo que estás trabajando?

ALCONADA MON: (Sonríe) –Te come la cabeza. Nos pasó, ME pasó, con Ciccone. Yo ya venía atrás de esa historia desde mayo de 2011. El primero que lo tira es el Turco (Asís), y yo me quería morir… Porque yo venía laburando por debajo de la superficie. Aguanté: dije ‘a ver si repercute o no’. Repercutó… repercutió, pero poco; y decidí seguir por debajo de la superficie.
Para febrero de 2012, cuando de manera MUY BUENA Nico Wiñazki obtiene la primicia de Laura Muñoz (porque él TAMBIÉN venía en esto, después me enteré), yo me quería matar… Porque yo venía ya laburando 9 meses (…).

Del mismo modo, pasó que cuando yo llevaba con los hoteles de la Presidenta… trabajo neto, o sea: específico, 1 año y 3 meses… Los domingos a la noche, yo juego al fútbol. Soy HORRIBLE, jugando al fútbol; pero juego. Y… (espera a que ALEJANDRO FANTINO deje de reír) estaba jugando al fútbol -1 año y 3 meses ya.. o sea: dos años previos, un año y tres meses específicos- me llama uno de mis editores, Franco Seminario, y me dice ‘está Lanata en el hotel de la Presidenta, con una bata, en la habitación Evita’. Y yo estaba jugando al fútbol con mis amigos… corté, me fui del partido –estábamos jugando al Fútbol 5- y a los chicos del Predio Norte, donde juego: ‘Poneme Lanata’ (mira y señala hacia arriba, como indicando un televisor instalado en lo alto del buffet). Y me puse –pantalón corto, botines blancos- a ver el programa, diciendo ‘acá me gana, me gana, me gana; otra vez me hace la de Ciccone, otra vez, otra vez, otra vez, otra vez'… zafamos.

Al otro día me reúno con los… yo respondo directamente a la cúpula del diario. Me reuní con ellos: ‘¿qué hacemos?, ¿aguantamos o no aguantamos? ¿Aguantamos y el riesgo es perderla, y que quizás el domingo que viene lo EXPLOTE, Lanata? ¿O aguantamos y completamos la historia…?’ Porque hasta ese momento la teníamos bien, pero faltaba… (gesto de “completar”). Decidimos correr el riesgo. La aguantamos. Y en diciembre de 2013, nueve meses después, la EXPLOTAMOS.

ALEJANDRO FANTINO: -Escuchame, Hugo… Es MARAVILLOSA esta charla, ¿eh? Porque es PERIODISMO PURO… Estamos aprendiendo su técnica y… ¿Esto es ARTE, o esto es MÉTODO? A ver, eh…

ALCONADA MON: -Ambas.

ALEJANDRO FANTINO: -Ambas.
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DICIEMBRE DE 2019.

DECLARACIÓN DE HUGO ALCONADA MON EN EL PROCESO QUE SE INICIÓ A RAÍZ DE SU INVESTIGACIÓN sobre los 8.000 millones de pesos en impuestos que, de acuerdo con su trabajo periodístico, había robado Cristóbal López al Fisco.

DEFENSOR: -Cuando hizo referencia a los 8.000 millones de pesos, ¿sabe a qué período fiscal hacen referencia esos 8.000 millones de pesos?

ALCONADA MON: -¡Surge de los Balances! (…) Surgía que el volumen total de dinero era de… no me acuerdo la cifra que está volcada allí, en el artículo periodístico.

DEFENSOR: -¿Usted tomó conocimiento, posteriormente, de que hubo una pericia que se realizó en esta causa, donde justamente se desmiente esa información?

ALCONADA MON: -No.

PRESIDENTE DEL TRIBUNAL: -La pregunta sería si conoce o supo de la pericia dispuesta por este Tribunal respecto del contribuyente Oil Combustibles y todo lo atinente a períodos fiscales del juicio.

ALCONADA MON: -No.

DEFENSOR: -La deuda que Ud. menciona aquí de 8.000 millones pesos, ¿sabe si era deuda exigible?

ALCONADA MON: (Duda. Entrecierra los párpados) -¿A qué momento?

DEFENSOR: -A marzo de 2016, cuando Ud. hizo el artículo.

ALCONADA MON: (Respira hondo) –No lo sé.

ALCONADA MON: -Ud. refirió que a Oil Combustibles le habían dado planes especiales en virtud del artículo 32 de la ley 11.683.

ALCONADA MON: (Hace un esfuerzo por recordar): -Sí.

DEFENSOR: -¿Ud. sabe, específicamente en el caso del primer plan, a marzo de 2016, cuánto se llevaba pagado de ese plan?

ALCONADA MON: -No, ignoro.

DEFENSOR: -¿Y tener este dato no le parecía relevante, para tener completa su investigación?

ALCONADA MON: (Finge no entender) -¿Cuál?

DEFENSOR: -Saber cuánto había pagado el Grupo Indalo de estos planes especiales.

ALCONADA MON: -A la luz de lo que nosotros estábamos investigando, específicamente no.

DEFENSOR: -¿Y en ninguno de sus pasajes, de su investigación, Ud. cotejó si los planes que recibía Oil Combustibles eran distintos a los planes que se les daban a otras empresas?

ALCONADA MON: -No, y de hecho ésas eran las dificultades que teníamos, por el secreto fiscal.

DEFENSOR: -Bueno, pero Ud. accedía a fuentes que estaban amparadas en el secreto fiscal. (…) ¿Usted sabe cómo comercializa sus productos Oil Combustibles?

ALCONADA MON: (Entrecierra los párpados) -¿Puede ser más específico en la pregunta?

DEFENSOR: -Específicamente, en sus artículos Ud. hace referencia a que Oil Combustibles vendía sus productos al público. Aparentemente, por lo que surgiría de ahí. ¿Es así?

ALCONADA MON: -Ahí tiene un ejemplo de… es… hubo un error que cometí. ¿Por qué? Porque… (duda). Es una pregunta que luego me terminaron explicando que en realidad hay una serie de… (gesticula con ambas manos, llevándolas alternadamente hacia arriba y abajo, con gesto de molestia) …como etapas desde el petróleo hasta el combustible y demás… Entonces, yo lo tenía como… (cierra los párpados y arquea las cejas) no… no me acuerdo ahora si lo digo de memoria, doctor… eh… lo definí como (entrecierra los párpados) agente de percepción o agente de retención y en realidad NO LO ES, sino que tiene una calificación (gesticula con las manos) sujeto-obligado-de-la… algo distinto.

DEFENSOR: -¿Podría precisar? Las personas a las que Ud. consultó –y aparentemente son varias, asesores en materia impositiva- ¿nunca le explicaron esto?

ALCONADA MON: -Increíblemente, no.

(…)

DEFENSOR: -Hay otra parte de la declaración testimonial [efectuada por ALCONADA MON durante la etapa de instrucción] que quisiera leer, justamente que tiene vinculación con esto, porque ahora sí se genera una contradicción.

ALCONADA MON: (Entrecierra los párpados) -¿A ver?

DEFENSOR: -En la declaración testimonial, Ud. afirmó que “Cristóbal López (ALCONADA MON frunce el ceño) debía girar 4 pesos por litro a la AFIP. Esos giros deben hacerse entre tres o cuatro pagos por mes automáticamente bajo supervisión de la AFIP y con distintos controles. Así, se trata de fondos que corresponden a los usuarios o consumidores finales. Oil Combustibles sólo funcionaba como agente de percepción de dichos fondos (ALCONADA MON afirma exageradamente, como si acabara de recordar) y sólo tiene asignada la tarea de cobrarlos y girarlos a la AFIP” (…)

ALCONADA MON: -Sí, cuando declaré eso… (va cambiando el sonido de la “c” por el de la “g”: ga, gue, gui, go, gu) es lo que yo había entendido, eso fue lo que me marcaron las fuentes, eso fue lo que reconstruí… y que con el tiempo me dijeron que eso no era percepción, que sí era retención, que si no era retención ni percepción, sino que era sujeto obligado… Pero cuando declaré eso, eso es lo que yo había logrado reconstruir.

DEFENSOR: -Usted cuando hizo la nota, en el año 2016, analizó una serie de cuestiones impositivas, o por lo menos hace referencia. (Mientras el Defensor habla, ALCONADA MON exagera su gesticulación de encontrarse prestando esmerada atención. Mira al Presidente del Tribunal y arquea las cejas. Vuelve a mirar al Defensor). ¿Ud. tenía conocimiento de que, durante la administración de Abad, la AFIP le había otorgado a Oil Combustibles un plan de facilidades de pagos con relación al tema del Impuesto ITC?

ALCONADA MON: (cierra los párpados, arquea las cejas): -No.

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Hugo Alconada Mon, periodista venal.

Herramienta del macrismo y sospechado, junto con su colega Mariel Fitz Patrick, de haber sabido la existencia de los Panama Papers durante el proceso electoral de 2015 y haberla ocultado a todos, excepto al propio Mauricio Macri, su empleador, quien por entonces se hallaba en el clímax de exposición e izando los afiches de la honestidad y la transparencia.

Construido por los medios adictos como periodista serio, fue artífice activo de la campaña de sugestión colectiva ejecutada a través de una selección aviesa de informaciones parciales y de la propagación de falsedades de índole emocional, proyecto cuya influencia captó el criterio patologizado de una mayoría sumida en antivalores ancestrales amigables a ese discurso.

Las ficciones y falsas atribuciones de delitos que contribuyó a asentar en la población con valor de verdad derivaron, junto con la acción de otros múltiples contratados, en el arribo del macrismo al poder y en el procesamiento y prisión de personas inocentes durante los cuatro años de gobierno neoliberal. Fue eslabón primario de una cadena espuria que contó con la complicidad de jueces, abogados y fiscales negociados.

El daño que produjeron sus mentiras se enmarca en el contexto de daño global de toda especie provocado por el plan de ejecución macrista. Su disposición para desarrollar el personaje arquetípico que le propusieron actuar por dinero -a satisfacción tanto del poder real como de los gestores de la maquinaria publicitaria del “cambio”- compone el tinglado de la farsa que asumieron todos los ideólogos, ejecutores y colaboracionistas de este proceso para la destrucción de derechos y el enriquecimiento obsceno e ilegítimo de quienes más tenían y ambicionaban con perversión tragona mucho más.

Hugo Alconada Mon, embaucador a renta, punta de mecha del lawfare llevado a cabo sin vergüenza ni escrúpulos por la articulación penalmente relevante de decenas de sicarios enchapados, dominguillo arrendado y genuflexo, es, por la dirección dolosa de sus embustes irresponsables y su disfraz falsario de honestidad aséptica, partícipe necesario en esta galería de exposición de criminales e inmorales del macrismo.

*Galería y textos completos: https://prontuariodegabinete.blogspot.com/

jueves, 16 de abril de 2020

"Prontuario de Gabinete": Horacio Rodriguez LARRETA


PRONTUARIO DE GABINETE

*Caricatura digital: Andrés Casciani (2020) / Texto: Eddy Whopper

Hoy: Horacio RODRÍGUEZ LARRETA

Nombre completo: Horacio Antonio RODRÍGUEZ LARRETA y DÍAZ ALBERDI

Fecha de Nacimiento: 29 de octubre de 1969

“En Buenos Aires, a diez días de septiembre de mil novecientos treinta, reunidos en acuerdo extraordinario los señores Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, doctores don José Figueroa Alcorta, don Roberto Repetto, don Ricardo Guido Lavalle y don Antonio Sagarna, y el señor Procurador General de la Nación doctor Horacio Rodríguez Larreta, con el fin de tomar en consideración la comunicación dirigida por el señor Presidente del Poder Ejecutivo Provisional, Teniente General don José F. Uriburu, haciendo saber a esta Corte la constitución de un gobierno provisional para la Nación, dijeron:

1º Que la susodicha comunicación pone en conocimiento oficial de esta Corte Suprema la constitución de un gobierno provisional emanado de la revolución triunfante de 6 de Septiembre del corriente año.

2º Que ese gobierno se encuentra en posesión de las fuerzas militares y policiales necesarias para asegurar la paz y el orden de la Nación, y por consiguiente para proteger la libertad, la vida y la propiedad de las personas, y ha declarado, además, en actos públicos, que mantendrá la supremacía de la Constitución y de las leyes del país, en el ejercicio del poder.

Que tales antecedentes caracterizan, sin duda, un gobierno de hecho en cuanto a su constitución, y de cuya naturaleza participan los funcionarios que lo integran actualmente o que se designen en lo sucesivo con todas las consecuencias de la doctrina de los gobiernos de facto respecto a la posibilidad de realizar válidamente los actos necesarios para el cumplimiento de los fines perseguidos por él.

Que esta Corte ha declarado, respecto de los funcionarios de hecho, "que la doctrina constitucional e internacional se uniforma en el sentido de dar validez a sus actos, cualquiera que pueda ser el vicio o deficiencia de sus nombramientos o de su elección, fundándose en razones de policía y de necesidad y con el fin de mantener protegido al público y a los individuos cuyos intereses puedan ser afectados (…)”.

Que, el gobierno provisional que acaba de constituirse en el país, es, pues, un gobierno de facto cuyo título no puede ser judicialmente discutido con éxito por las personas en cuanto ejercita la función administrativa y política derivada de su posesión de la fuerza como resorte de orden y de seguridad social.

Que ello no obstante, si normalizada la situación, en el desenvolvimiento de la acción del gobierno de facto, los funcionarios que lo integran desconocieran las garantías individuales o las de la propiedad u otras de las aseguradas por la Constitución, la Administración de Justicia encargada de hacer cumplir ésta las restablecería en las mismas condiciones y con el mismo alcance que lo habría hecho con el Poder Ejecutivo de derecho.

Y esta última conclusión, impuesta por la propia organización del Poder Judicial, se halla confirmada en el caso por las declaraciones del gobierno provisional, que al asumir el cargo se ha apresurado a prestar el juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes fundamentales de la Nación, decisión que comporta la consecuencia de hallarse dispuesto a prestar el auxilio de la fuerza de que dispone para obtener el cumplimiento de las sentencias judiciales.

En mérito de estas consideraciones, el Tribunal resolvió acusar recibo al gobierno provisional, en el día, de la comunicación de referencia mediante el envío de la nota acordada, ordenando se publicase y registrase en el libro correspondiente, firmando por ante mí de que doy fe. - J. FIGUEROA ALCORTA. - ROBERTO REPETTO. - R. GUIDO LAVALLE. - ANTONIO SAGARNA. - HORACIO R. LARRETA. - RAUL GIMENEZ VIDELA, secretario”.

De este modo, el tío bisabuelo de Horacio Rodríguez Larreta contribuía a conferir legitimidad a la ruptura del orden institucional ocurrida el 6 de septiembre de 1930, cuando el General José Félix Uriburu derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen y lo confinó a una cárcel en la isla Martín García.

¿Qué decía, pasada en limpio y en “fácil” esa Acordada?

En primer lugar, una idea relativa a que “el presidente Uriburu nos comunica que se ha constituido un gobierno revolucionario hace cuatro días” y “¡Algo tenemos que decir!”

En segundo término, que ese gobierno tenía en sus manos a todas las fuerzas armadas y policiales, pero declaró que va a respetar la Constitución Nacional. Se trata de un gobierno “de hecho”, respecto del cual “hay una especie de consenso en que todo lo que hagan esas autoridades es válido, sin importar si ellas son legítimas o no, porque el fin que persiguen es el orden y la seguridad social”. El hecho importa, además, de un cambio en los integrantes del Poder Ejecutivo, una cuestión en la que el Poder Judicial nada tiene que opinar ni decidir, dicen ellos.

Por lo demás, aseguran que “si se llegaran a plantear casos de vulneración de garantías constitucionales, acá estará la Corte para decidir sobre ellos, del mismo modo que si se tratara de actos emanados de un Poder Ejecutivo regularmente constituido”.

“Así que bueno”, escribe Rodríguez Larreta, “acusamos recibo de la noticia que nos hace llegar este presidente in-constitucional, y bien, pues, ARCHÍVESE”.

TODOS esos jueces (salvo Roberto Repetto, que renunció antes) fueron juzgados y destituidos durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón; pero la doctrina emanada de esta sencilla página ideada por el tío-bisabuelo de Horacio Rodríguez Larreta (que había muerto en 1935) sirvió de base conceptual y sustento pseudo-jurídico para abonar la validez de los golpes de Estado de 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976.

La historia registra, además, muchos “otros” Rodríguez Larreta que han sido embajadores, empresarios, diplomáticos, bon vivants, funcionarios, abogados, damas de caridad, amigos y ejecutores del poder en distinta intensidad y participación. Uno de ellos hasta fue fusilado en Paraguay durante el genocidio de la Triple Alianza. El padre de Horacio, acérrimo frondizista, fue politólogo y economista graduado respectivamente en La Sorbona y en la London School of Economics; además de cultivar la literatura, la pintura, dedicarse al negocio del agro, del petróleo y presidir el Racing Club de Avellaneda durante la gestión del insurrecto de lesa humanidad Jorge Rafael Videla.

Esta impronta intelectual de múltiples implicancias geográficas, resabio de la responsabilidad con que el linaje carga a sus portadores, fue seguida por Horacio (hijo) quien, si bien cursara su carrera de grado en la pública Universidad de Buenos Aires (de donde egresó como licenciado en Ciencias Económicas), confirió sello internacional a su currícula al terminar en Harvard una maestría en Administración de Empresas.

Habiéndose desempeñado como asesor financiero en la petrolera Esso –donde ingresó referenciado por su padre- Horacio fue uno de los jóvenes notables captado por el falso peronismo neoliberal de los años 90 para dar marco político, teórico y de gestión al proceso de privatizaciones y “achicamiento del Estado”, con recorte de asistencia social y de beneficios previsionales ordenado por el Fondo Monetario Internacional. Desde 1993, se desempeñó en diversos cargos: trabajó en la Subsecretaría de Inversiones del Ministerio de Economía de la Nación, fue Gerente General de la ANSeS, Subsecretario de Políticas Sociales de la Nación, Interventor del PAMI, Presidente del Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires y Titular de la Dirección General Impositiva de dicha provincia durante la debacle de diciembre de 2001 y hasta febrero de 2002.

Las intuiciones políticas de Rodríguez Larreta y su lógica del pensamiento institucionalizado despertaron su avidez por la formación de cuadros en seguimiento de un eventual proyecto de poder; y así, en plena crisis democrática, creó la Fundación Sophia, destinada no sólo al ejercicio de la asesoría política; sino, principalmente, a la generación de estudios de viabilidad y gestión para el cubrimiento de futuros cargos. Con el tiempo, Larreta acercó el proyecto de Sophia a la fundación Creer y Crecer de Mauricio Macri, que el entonces presidente de Boca había organizado con el fin de dar el salto de dirigente deportivo a líder político. De Sophia surgieron elementos centrales del PRO, partido que llevaría a Mauricio Macri a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: María Eugenia Vidal, Carolina Stanley, Eugenio Burzaco, Esteban Bullrich, Francisco Cabrera, Miguel Braun y la mayor parte de los funcionarios del macrismo tanto en la Ciudad como en la provincia de Buenos Aires y en la Administración Nacional del período 2015-2019. Sophia, luego de su virtual fusión con Creer y Crecer, es considerado por el establishment neoliberal como una de las más importantes usinas de pensamiento (think tanks) de Latinoamérica.

Desde esta plataforma conceptual y formativa, se robusteció la alianza con Mauricio Macri, al punto que dejó éste de simplemente contratar a la Fundación, para incorporarla a su proyecto presidencial. Horacio Rodríguez Larreta fue Jefe de Campaña del PRO para las elecciones de diputados en 2005, las de Jefe de Gobierno de 2007, las de medio término en 2009 (que entronizaron a Gabriela Michetti como diputada nacional del PRO por la Ciudad), la reelección de Macri como Jefe de Gobierno en 2011, la que llevó a Michetti a ser elegida senadora nacional por el PRO en 2013 y, finalmente, la que coronó a Cambiemos como vencedor en los comicios de 2015, que lo condujo también a él a ser elegido Jefe de Gobierno de la Ciudad para suceder a Mauricio Macri, ahora presidente de la Nación. Horacio nunca perdió una elección.

Durante la presidencia de Macri, Horacio Rodríguez Larreta articuló su accionar con María Eugenia Vidal –gobernadora de la provincia de Buenos Aires- para adecuar el ámbito decisional al desenvolvimiento de los proyectos de endeudamiento externo, desindustrialización, abaratamiento del “costo laboral” y reducción impositiva a los sectores más ricos del estrato social, como así también a acentuar el velo estético del distrito más adinerado del país.

Si bien durante su primera Jefatura de Gobierno la Ciudad aumentó considerablemente los índices de indigencia y mortalidad infantil (en incremento desde la asunción de Mauricio Macri en 2007), como así también redujo la oferta de vacantes en establecimientos educativos públicos y el poder adquisitivo de los salarios del empleo en la Administración capitalina, Horacio fue reelegido en 2019 para gobernar la jurisdicción hasta 2023, con el 55,90 % de los votos, lo que significó haber obtenido cuatro puntos más que en 2015 y ocho más que en la primera vuelta de 2011, cuando Macri fue reelegido.

No obstante este favor del público porteño, las redes y los archivos de Internet dan cuenta de algunos puntos oscuros en la vida política de Horacio Rodríguez Larreta. Quizás el más importante haya sido el suicidio del Dr. René Favaloro durante su gestión como interventor del PAMI, luego de las infructuosas gestiones tendientes a que este organismo le abonara las deudas millonarias que mantenía con su Fundación. Luego de aquel episodio, Horacio se encargó de manifestar que tales deudas no existían, y que lo que en verdad resultaba más o menos exigible eran unas facturas de larga data, que no tenían reflejo contable alguno en los libros de la institución.

Por entonces, Rodríguez Larreta venía de ser acusado de corrupción en la compra de vacunas antigripales, motivo por el cual fue desplazado del PAMI y colocado en el Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires. La investigación penal terminó en una declaración de falta de mérito y a la fecha la causa se encuentra prescripta. Esta misma acusación recayó años más tarde en un caso similar, pero de mayor envergadura, cuando fue sindicado de favorecer al Grupo IRSA (uno de cuyos gerentes era su hermano Augusto) en la adjudicación de obra pública.

Su primer enfrentamiento con la Justicia data, sin embargo, de la década de 1990: se le atribuyó haber incurrido en administración fraudulenta y peculado por el desvío de más de 1.100.000 pesos/dólares a una fundación amiga llamada “Emprender”, quien la utilizó no para fines de Bien Común, sino para pagar deudas propias. Acusó, en su momento, el más tarde fiscal aliado Guillermo Marijuán. En esa causa, Horacio no intentó una defensa sustancial, sino que procuró la declaración de prescripción de la acción, cuestión que fuera desechada por la Corte en 2016.

Durante las Jefaturas de Gobierno de Mauricio Macri, Horacio fue Jefe de Gabinete y ejerció de hecho la administración de la ciudad. Fue cuestionado política y judicialmente en incontables oportunidades por desvíos de fondos y en especial por alteración de contratos de obra a favor de las empresas concesionarias, la mayoría pertenecientes al entorno empresarial de Macri. El caso más resonante en este sentido es el del Metrobús Norte, por el cual también se le abrió una causa penal.

Desde la sombra de Mauricio, Horacio también fue acusado de contratar a una productora perteneciente al comentarista deportivo y ex peronista neoliberal Fernando Niembro por cifras millonarias, a cambio de ninguna contraprestación y sin publicación de los contratos o los procesos licitatorios en el Boletín Oficial de la Ciudad. Investigaciones posteriores llevadas a cabo durante la campaña electoral de 2015 concluyeron que la productora carecía de empleados y que era una especie de “cáscara de asignación de capitales” para fines desconocidos. Niembro fue inmediatamente “bajado” de su candidatura a diputado nacional y no volvió a postularse.

Como éstas, decenas de acusaciones llovieron sobre el Jefe de Campaña del PRO. Sin embargo, la afición porteña por su figura no dejó de crecer, como queda evidenciado en los datos que dan cuenta de sus performances electorales.

Fiel al proyecto de ejercicio efectivo del poder, la primera relación contractual con el ex presidente de Boca Juniors derivó en un sustento de ansias de perpetuación y ascenso que ha llegado, incluso, a la generación de rumores de cierto distanciamiento, cuando el arco publicitario de Cambiemos le sugirió a Mauricio no convocarlo para la fórmula presidencial de 2019 ni postular como vicepresidenta a María Eugenia Vidal, ni al gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo. La candidatura final del peronista díscolo Miguel Ángel Pichetto generó algún quiebre que, con las expectativas de regreso del macrismo en un futuro mediato, quizás haya quedado ya zanjado.

Con todo, Horacio Rodríguez Larreta cumplió “su parte” a total satisfacción. Ha desplegado por décadas una conducta leal en la puesta en gestión de los lineamientos nacidos de la idea de un frente macrista total, con proyecciones de eternización y creciente solidez de estructura. La derrota electoral de 2019 en modo alguno ha logrado quebrar estas convicciones. Es un presidenciable del PRO y muy posiblemente integre con expectativas concretas y sostenibles de éxito alguna fórmula principal de la derecha en el futuro. Es, quizás, el más informado y también el de mayor vocación de acatamiento de los integrantes del “Círculo Rojo” macrista, capaz de resignar en silencio ilusiones inmediatas de poder a favor del robustecimiento y despliegue eficaz del proyecto.

Como ejecutor imprescindible y responsable liminar de los daños provocados por el macrismo, integra este Prontuario en carácter de autor directo y protagonista destacado de ese plan criminal.

Ahora bien: ¿quién fue aquel tal Horacio Rodríguez Larreta, Procurador General de la Nación, que suscribió la Acordada de la Corte Suprema validante de la autoridad de José Félix Uriburu, a cuatro días del primer Golpe de Estado del siglo XX?

Pues era Horacio Rodríguez Larreta Maza (1871-1935), casado en segundas nupcias con María Elena de las Mercedes Llavallol Ortiz Basualdo (1881-1944) –antes había contraído matrimonio con Clara Tomasa Ocampo Beláustegui, quien murió antes de los dos años del enlace- y quinto de los seis hijos de Carlos Rodríguez Larreta (muerto en 1915) y Adela Agustina Maza y Oribe (1849-1899).

El hermano mayor del Procurador venal, Carlos Rodríguez Larreta Maza (1869-1926) casóse con Carmen Agustina Isabel Marcó del Pont y Pinedo (1872-1939), con quien tuvo cuatro hijos.

Uno de ellos, Augusto Rodríguez Larreta Marcó del Pont (1898-1945), contrajo enlace con Adela Tránsito Leloir Unzué, a quien llamaban “Tita” y era hija de Antonio Leloir Sáenz Valiente y Adela Marta Unzué Baudrix. El matrimonio tuvo dos hijos; uno de ellos fue el padre del actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, llamado Horacio Rodríguez Larreta y Leloir (1934-2004).

Horacio Rodríguez Larreta y Leloir se unió en matrimonio con María Cristina Díaz Alberdi y tuvo tres hijos: Mariano Rodríguez Larreta y Díaz Alberdi, Augusto Rodríguez Larreta y Díaz Alberdi y Horacio Rogríguez Larreta y Díaz Alberdi, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El obituario publicado en Clarín el 20 de abril de 2004 da cuenta de que Horacio Rodríguez Larreta padre, además, había sido papá de mellizos en 2003.

A su turno, el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta se ha casado con Bárbara Diez de Tejada Benítez y tiene tres hijas: Manuela, Paloma y Serena, cuyos apellidos son Rodríguez Larreta Diez de Tejada.

Todo esto SUBYUGA a la clase media aspiracional, y la conecta con una insana idea de superioridad fundada en la pertenencia a una alcurnia, sobre la que ese mismo mediopelo proyecta un abanico de ilusiones y pretensiones que nunca serán satisfechas, porque la clase media es lo que es, pero quiere ser lo que jamás será.

Por esa razón, y para su regocijo, exponemos esta referencia genética, como epílogo referencial de aquello que construye nuestra vergüenza.

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